El análisis de antiguas monedas romanas ha demostrado que la derrota del general cartaginés Aníbal llevó a una inundación de riqueza al Imperio Romano gracias a las minas de plata de España. Este hallazgo, que ofrece un registro tangible de la transición de Roma desde que fuera un poder regional a un Imperio, se presenta en la conferencia de geoquímica de Goldschmidt en París.
La Segunda Guerra Púnica, en la que Aníbal marchó, como es conocido, con sus elefantes a través de los Alpes en un fallido ataque a Roma, ha sido considerada como uno de los acontecimientos fundamentales de la historia europea. Roma entró en guerra como poder dominante en Italia, pero al final surgió un imperio. Esta guerra llevó a la conquista de la Península Ibérica, con los romanos poco a poco ganando el control sobre las lucrativas minas de plata españolas alrededor del 211 a.C. Los ingresos de las ricas minas de plata españolas, junto con el botín y las extensas reparaciones de guerra de Cartago, ayudaron a financiar la expansión de su territorio.
Ahora, la aplicación de las técnicas de análisis geoquímico ha demostrado la importancia de la plata española en la conquista romana. Un grupo de científicos con sede en Alemania y Dinamarca y dirigido por el profesor Fleur Kemmers y el doctor Katrin Westner, del Instituto de Ciencias Arqueológicas, en la Universidad de Goethe, Frankfurt, analizaron 70 monedas romanas que datan de entre el 310 y el 300 a.C al 101 a.C., un periodo que entrelazó la Segunda Guerra Púnica.
Usando la espectrometría de masas, fueron capaces de demostrar que el plomo en las monedas hechas después del 209 a.C. tiene distintivas firmas isotópicas que identificaron la mayoría de las monedas posteriores como probablemente procedentes de fuentes españolas. El origen cambiante del lingote de monedas se refleja mediante diferentes relaciones de los isótopos de plomo –208Pb, 207Pb, 206Pb y 204Pb–, que sirven como relojes geológicos que registran la edad de formación de los minerales usados para extraer la plata. Después del 209 a.C., las firmas de isótopos de plomo corresponden en su mayoría a las de depósitos en el sudeste y suroeste de España o a las mezclas de metal extraído de estos distritos.
“Antes de la guerra encontramos que las monedas romanas estaban hechas de plata de las mismas fuentes que la acuñación emitida por las ciudades griegas en Italia y Sicilia. En otras palabras, las firmas de isótopos de plomo de las monedas corresponden a las de minerales de plata y productos metalúrgicos de la región del Egeo. Pero la derrota de Cartago condujo a grandes pagos de reparación a Roma, así como Roma ganando grandes cantidades de botín y la propiedad de las minas ricas en plata. Desde el 209 a.C. vemos que la mayoría de las monedas romanas muestran signos geoquímicos típicos de plata ibérica”, explica Katrin Westner.
“Esta afluencia masiva de plata ibérica cambió significativamente la economía de Roma, permitiéndole convertirse en la superpotencia de su día, lo sabemos a partir de las historias de Livio y Polibio y otros, pero nuestro trabajo da pruebas científicas contemporáneas del surgimiento de Roma muestra que la derrota de Aníbal y el ascenso de Roma está escrito en las monedas del Imperio Romano”, afirma.
Igualmente, el profesor Kevin Butcher, del Departamento de Clásicos y Historia Antigua de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, asegura que esta investigación demuestra cómo el análisis científico de las monedas antiguas puede hacer una contribución significativa a la investigación histórica, y “permite que lo que antes se especulaba sobre la importancia de la plata española para la acuñación de Roma se colocara sobre una base firme”.
Fuente: Europa Press