Para poder conciliar el sueño y tener un descanso reparador es necesario llevar una buena alimentación, así como aprender patrones que favorezcan el reposo.
Poder conciliar el sueño y descansar es tan importante como llevar una alimentación favorable que ayude en este proceso. Tal es su importancia que la privación de sueño, en casos extremos, podría conducir al fallecimiento.
Desgraciadamente, entre un 25% y un 35% de la población adulta en España padece insomnio, el cual puede causar irritabilidad, ansiedad, mal humor o provocar que estos síntomas deriven en una depresión.
Hasta ahora, ha quedado claro que dormir entre 6 y 8 horas es esencial para que el cerebro y el cuerpo, en general, pueda desarrollar su actividad con normalidad.
Pero con el mayor conocimiento del ciclo circadiano –el ‘reloj’ natural del cuerpo humano en relación a las horas de luz– muchas investigaciones han estudiado la relación entre este y las probabilidades de que se incremente el riesgo de depresión.
En este último punto, un nuevo estudio publicado en npj Digital Medicine y llevado a cabo por médicos de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha revelado cómo la variabilidad de los parámetros de sueño incrementan seriamente la probabilidad de desarrollar una depresión.
Para observar esto, los investigadores seleccionaron a más de 2.100 estudiantes de psiquiatría en su primer año de trabajo, algo parecido a lo que en España es un interno residente.
Así, cada sujeto llevaba un dispositivo portátil para medir su actividad diaria y la calidad del sueño, aparte de una aplicación en su smartphone que recopilaba todos esos datos, y encuestas tradicionales.
«Esta avanzada tecnología portátil nos permite estudiar los factores conductuales y fisiológicos de la salud mental, incluido el sueño, a una escala mucho mayor y con mejor precisión que antes, lo que abre un campo emocionante para explorar», ha explicado en un comunicado Yu Fang, neurocientífico de la Universidad de Michigan.
La gran importancia de no alterar los ritmos circadianos
Como ya ha explicado la ciencia, el ritmo circadiano de casi todos los seres vivos está relacionado con un ciclo diario, de 24 horas, lo que implica que se duerme cuando no hay luz. Una especie de conexión entre el día a día de la Tierra y la rutina de un ser humano.
Por ello, el ritmo circadiano constituye un reloj biológico de vital importancia para el desarrollo de una persona, tanto físico como mental. Así sería un ciclo circadiano de un adolescente típico, según el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales (Estados Unidos).
Además, este instituto fue el encargado de financiar una parte importante de las investigaciones que llevaron a Hall, Rosbash y Young a recibir el premio Nobel en 2017, gracias a su estudio de los ritmos circadianos con moscas de la fruta.
Con la publicación de este nuevo estudio, la ciencia avanza hacia una mejor comprensión de los cambios en el ánimo y el riesgo de padecer depresión cuando los buenos hábitos de sueño desaparecen.
Si se cambian estos patrones –irse a dormir temprano, no despertarse de madrugada, el buen aseo de la cama…–, el cuerpo comienza a experimentar malestar, mal humor y, como aseguran los investigadores, se llega a una etapa depresiva motivada por la interrupción o modificación del ritmo circadiano.
«Estos hallazgos no solo apuntan a guiar el autocontrol respecto a los hábitos de sueño, sino también a servir de información para que las diferentes instituciones puedan programar de manera adecuada los horarios de la sociedad», ha concluido Yu Fang.
Fuente: computerhoy.com