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Algunas flores aprenden a recuperarse después de sufrir daños

Algunas flores aprenden a recuperarse después de sufrir daños

Algunas flores tienen una capacidad notable y desconocida para recuperarse después de sufrir daños, según una nueva investigación de la Universidad de Portsmouth que publica la revista ‘New Phytologist’.

Según este estudio, algunas flores dañadas se doblaron y retorcieron a la mejor posición posible para garantizar una reproducción exitosa dentro de las 10-48 horas posteriores al sufrir daños, por ejemplo, al caer ramas o ser pisadas.

La reproducción de muchas flores (y la supervivencia de las poblaciones) depende de la alineación perfecta de sus órganos sexuales y tubos de néctar para que un insecto visitante las polinice. Pero algunas son mejores para recuperar su alineación después de ser dañadas que otras, explica el profesor de Ecología y Evolución Scott Armbruster, de la Universidad de Portsmouth.

«Los accidentes mecánicos ocurren a las plantas con bastante frecuencia y, en algunos casos, pueden impedir que la planta atraiga insectos polinizadores y, por lo tanto, producir semillas –explica en un comunicado–. Generar semillas y propagarlas es el principal objetivo de una flor, por lo que las lesiones que amenazan su posición un gran problema».

El estudio encontró que las flores simétricas bilateralmente, aquellas en las que los lados izquierdo y derecho se reflejan entre sí, como la dragonaria, la orquídea y el guisante dulce, casi siempre pueden restaurar su orientación ‘correcta’ moviendo tallos de flores individuales o incluso moviendo el tallo que soporta un racimo de flores.

En algunos casos, las flores bilateralmente simétricas pueden reubicar con precisión su estigma, un órgano sexual, después de una lesión.

El movimiento de las plantas después de una lesión no se debe solo a su función de producir semillas. Se vio que estas plantas se doblaban o giraban para asegurarse de que sus hojas estuvieran nuevamente orientadas hacia el sol, necesario para la fotosíntesis, que produce su alimento.

Las flores radialmente simétricas, las flores en forma de estrella, como la petunia, el botón de oro y la rosa silvestre, carecían de esta capacidad y sus tallos rara vez se recuperaban después de una lesión.

Casi todas (95 por ciento) de las flores simétricas bilateralmente examinadas se movieron después de la lesión para restaurar la capacidad de la planta de atraer polinizadores, mientras que solo el cuatro por ciento de las flores radialmente simétricas examinadas se movieron después de la lesión.

Esto se debe probablemente a que la orientación floral suele ser más importante para la polinización eficiente de las flores simétricas bilateralmente que las flores simétricas radialmente.

«Este aspecto poco conocido de la evolución de las plantas es fascinante y nos dice mucho más de lo que sabíamos acerca de cómo las plantas se adaptan conductualmente a los cambios en su entorno, incluidos los accidentes mecánicos», explica el profesor Armbruster.

Armbruster y su colaborador Nathan Muchhala, de la Universidad de Missouri, estudiaron 23 especies de flores nativas y cultivadas en Australia, América del Sur, América del Norte y el Reino Unido y encontraron cuatro mecanismos involucrados, a veces por separado, a veces todos a la vez, en una flor lesionada que se reorienta.

Estos mecanismos son la flexión del tallo principal de soporte de un racimo de flores; el doblado de tallos de flores individuales (más probable en tallos largos); la rotación de tallos de flores individuales (más probable en tallos cortos) y torcer o doblar los órganos sexuales de la flor.

Cuanto más joven era la parte de la planta, más rápido lograba doblarse, lo que significaba que los tallos que sostenían flores individuales al final de un racimo se movían más fácilmente que los tallos más fuertes y viejos que soportaban un racimo entero.

«Debido a que el pronóstico es grave para las especies de plantas que no permiten la entrada de insectos polinizadores o que han perdido la conexión entre el néctar y sus órganos sexuales, esperábamos que las plantas pudieran encontrar una forma de evitar esto, si, por ejemplo, son golpeados por vientos fuertes o ramas caídas», apunta el profesor Armbruster.

«Lo que encontramos, en una muestra fortuita de plantas, fue que las flores simétricas bilateralmente podían usar hasta cuatro métodos para restaurar sus posibilidades de ser polinizadas casi hasta los niveles previos a la lesión –añade–. Esta capacidad es, diría yo, un comportamiento poco apreciado digno de un escrutinio más cercano».

Fuente: europapress.es

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