Científicos de la Universidad de Colorado Boulder han detectado por primera vez un agujero negro emitiendo chorros de materia, no una, sino dos veces. Las emisiones, que se produjeron en el lapso de 100 mil años, confirman que los agujeros negros supermasivos pasan por ciclos de hibernación y actividad. La investigación ha sido publicada en The Astrophysical Journal.
A pesar de que durante mucho tiempo se pensó que nunca nada sale de un agujero negro, lo curioso es que no retienen todo lo que capturan. Cuando consumen materia como gas o estrellas, también generan un poderoso flujo de partículas de alta energía desde cerca del horizonte de sucesos, pero no más allá del punto de no retorno.
«Los agujeros negros son comedores voraces, pero también resulta que no tienen muy buenos modales en la mesa», dijo a Space la investigadora principal Julie Comerford, astrónoma de CU Boulder. «Conocemos muchos ejemplos de agujeros negros con eructos únicos que emanan, pero descubrimos una galaxia con un agujero negro supermasivo que no tiene uno sino dos eructos».
El agujero negro supermasivo del que habla la astrónoma es uno que está ubicado en el centro de una galaxia llamada J1354, la cual está a unos 800 millones de años luz de la Tierra, y se presentó en los datos de Chandra como un punto muy brillante de emisión de rayos X. J1354 es lo suficientemente brillante como para ser millones o incluso miles de millones de veces más masiva que nuestro Sol.
El equipo de investigadores comparó los datos de rayos X del observatorio de rayos X Chandra con imágenes de luz visible del Telescopio Espacial Hubble, y descubrió que el agujero negro está rodeado por una gruesa nube de polvo y gas.
«Estamos viendo este banquete, eructo y siesta, y luego banquete y eructo una vez más, lo que la teoría había predicho», dijo Comerford. «Afortunadamente, sucedió que observamos esta galaxia en un momento en que podíamos ver claramente la evidencia de ambos eventos», añadió.
La evidencia consiste en dos burbujas detectadas en medio del gas (una arriba y otra debajo del agujero negro, partículas expulsadas luego de haber absorbido algún objeto). Y el equipo fue capaz de medir que las dos burbujas habían ocurrido en diferentes momentos. La burbuja del sur se había expandido a 30 mil años luz del centro galáctico, mientras que la burbuja del norte se había expandido a solo 3 mil años luz del centro galáctico. A este fenómeno se le conoce como burbujas de Fermi, y generalmente se ven después de un evento de alimentación de agujero negro. A partir de la velocidad de movimiento de estas burbujas, el equipo pudo determinar que ocurrieron aproximadamente con 100 mil años de diferencia.
El objeto que el agujero negro estuvo devorando es una acumulación de materia de una galaxia cercana a J1354 y que está conectada por las corrientes de estrellas y gas, debido a una colisión entre las dos.
«Esta galaxia realmente nos tomó por sorpresa», dijo la estudiante de doctorado Rebecca Nevin. «Pudimos demostrar que el gas de la parte norte de la galaxia era consistente con el avance de una onda de choque, y que el gas del sur era consistente con un flujo de salida más viejo del agujero negro».
Al igual que J1354, nuestra galaxia también tiene un agujero negro supermasivo (Sagitario A*), aunque no solo en su centro, sino también en una nube de gas rodeando al centro.
Fuente: nmas1.org