El yacimiento arqueológico de la Feixa del Moro fue descubierto en los años 80 en el pueblo de Juberri, situado a 1.335 metros en el Principado de Andorra, próximo a la frontera con España. Se trata de un yacimiento en alta montaña y una de las primeras comunidades agrícolas de los Pirineos.
Tras 30 años desde su descubrimiento, investigadores del Centro Nacional de Aceleradores (Sevilla) han datado por carbono 14 los restos exhumados de dos individuos. Los resultados, publicados en la revista Comptes Rendus Palevol, revelan cuándo fallecieron aproximadamente los individuos y que hubo un corto periodo de tiempo entre ambos enterramientos, de tal modo que no volvieron a ser usados. En concreto, se ha discernido que el periodo de este yacimiento se encuentra entre 4500 y 3956 antes de Cristo.
Uno de los objetivos fundamentales de este trabajo ha sido el de conocer la cronología de esos enterramientos, ya que la información de la que se disponía era bastante dudosa por el método empleado y las muestras que fueron analizadas durante el descubrimiento inicial. La conclusión que sí se pudo deducir de aquella fase primaria de estudio es que este yacimiento neolítico era uno de los más importantes en el noreste de la península ibérica.
En el periodo cronológico al que se adscriben los enterramientos analizados, existían dos tipos: los enterramientos excavados en el suelo (propios de zonas costeras) y las cistas (enterramientos en cajas de piedra característicos de las regiones interiores del noreste de la península ibérica). Este último es el caso de la Feixa del Moro, donde se hallaron tres cistas, dos con restos óseos humanos (los analizados en el CNA) y una tercera violada por furtivos.
En el interior de las tumbas se hallaron elementos de ajuar cuya presencia sólo puede ser explicada gracias a contactos e intercambios con grupos asentados a centenares de kilómetros, desde la costa Mediterránea próxima a Barcelona, al sudeste de Francia y áreas alpinas.
La revisión de la información inicial ha permitido clarificar muchas dudas sobre el yacimiento y los materiales depositados en el interior de las tumbas. Pero además gracias al amplio equipo de investigación del proyecto se ha alcanzado un grado mayor de conocimiento sobre aquellas comunidades neolíticas: su dieta, cómo fueron inhumadas, para qué usaron los instrumentos líticos y de hueso asociados a los individuos, cómo elaboraron sus ornamentos y de dónde proceden.
Todos estos datos y los del nuevo estudio permiten ahora poder comparar la información con la que se está obteniendo en otros contextos funerarios del noreste peninsular.
Además del CNA, en este estudio han participado instituciones como Patrimoni Cultural i Naturals dels Pirineus, Institució Milà i Fontanals (IMF-CSIC), Universidad Autònoma de Barcelona, la empresa Regirarocs o la Universidad de París, entre otras.
Fuente: SINC