Otra de las teorías de su desaparición, en 1994, refiere a que fue secuestrado por el FBI o fue víctima de un crimen pasional
Pocos recuerdan al científico mexicano Jacobo Grinberg, quien sin dejar rastro, desapareció misteriosamente en 1994, justo en la cúspide de su carrera, pero sus estudios y descubrimientos sobre la mente humana, no les parecía a muchos.
Grinberg está desaparecido desde el 8 de diciembre de 1994, justo antes de su cumpleaños, el 12 de ese mismo mes.
Su familia fue quien dio aviso a las autoridades cuando el hombre ya no llegó a la celebración que le habían preparado por su cumpleaños.
Entre las teorías que se manejan sobre su misteriosa desaparición sin haber dejado rastro está la de que fue víctima de un crimen pasional, que sus investigaciones inquietaron al FBI o la CIA y lo habrían desaparecido, o que había sido abducido por extraterrestres.
Su hija Estusha declaró en una entrevista que a pesar de que su padre no estaba físicamente con ella, estaba siempre presente en su vida a través de sus obras, sus libros y descubrimientos que había plasmado en sus investigaciones.
Es un tema que no me gusta mucho abordar porque siento que mi papá dejó muchísimo más que todo esto: qué le pasó, dónde se fue, si le hicieron tal… todo eso para mí no es importante… claro que no he sabido nada de él, pero al mismo tiempo siento que sé de él todo el tiempo; todo el tiempo está conmigo en sus libros, en su conocimiento, en todo lo que a mí me enseñó”, dijo.
¿Cuál fue el legado que dejó Jacobo Grinberg?
Fue neurofisiólogo y psicólogo, y nació el 12 de diciembre de 1946, en la Ciudad de México, según la biografía publicada por Milenio.
Obtuvo el título en sicología en la Universidad Nacional Autónoma de México y posteriormente viajó al New York Medical College para realizar su doctorado que le sirvió para llevar un registro electrofisiológico del cerebro humano expuesto a estímulos geométricos.
A su regreso a México creó un laboratorio de psicofisiología en la Universidad Anáhuac, además de la apertura del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, que inauguró en 1987 gracias al apoyo de la UNAM y CONACYT.
Grinberg trabajó muy de cerca con la curandera Pachita, quien fue una figura importante en su vida, ya que desde una perspectiva científica pudo evaluar metodológicamente las manifestaciones de conciencia en el ser humano.
Producto de esta relación surgieron sus obras más preciadas: “Pachita. La experiencia interna (1975)”, “El despertar de la consciencia (1978)”, “La luz angelmática (1983)”, “La expansión del presente (1988)” y “Los chamanes de México V: El cerebro y los chamanes (1989)”.
Fuente: elimparcial.com