El nuevo negocio de crear sistemas que convierten en autónomo cualquier coche

Mientras que muchos grandes fabricantes tecnológicos y automovilísticos están desarrollando coches autónomos desde cero, cada vez hay más sistemas listos para usar que permitirán adaptar bastantes modelos para que salgan a la carretera sin conductor.

El último proyecto de este tipo nace de una colaboración recién anunciada entre la spin-off tecnológica de General Motors, Delphi Automotive, y la empresa de visión de máquinas israelí Mobileye. Ambas empresas están familiarizadas con tecnologías de conducción autónoma: ambas suministran sensores y software a grandes automovilísticas, incluida la tecnología de los sistemas de detección de vehículos de Volvo y, hasta hace poco, de Autopilot de Tesla.

Ambas empresas colaboran estrechamente con fabricantes automovilísticos. Mobileye trabaja con BMW para lanzar un coche autónomo a las carreteras para 2021, por ejemplo. Pero otras grandes automovilísticas, como Ford, están desarrollando sus sistemas internamente. Ahora, según el Wall Street Journal, estas empresas tienen planes de invertir “varios cientos de millones de dólares” en el desarrollo de un sistema de conducción autónoma listo para usar, que probablemente se dirigirá a fabricantes automovilísticos que no tengan la capacidad o la inclinación de realizar tales labores de investigación y desarrollo.

En enero, la colaboración promete un sistema que permitirá a los coches navegar de forma autónoma bajo difíciles condiciones de carretera, como rotondas y giros que atraviesen múltiples carriles. Pero el producto final llevará más tiempo, y se prevé que su comercialización no será hasta 2019.

Delphi Automotive y Mobileye no son las únicas empresas que diseñan sistemas de plug-and-play (enchufar y usar) para vehículos autónomos. La spin-off de la Universidad de Oxford (Reino Unido) Oxbótica ha desarrollado un nuevo sistema de software que puede eliminar el conductor de cualquier vehículo gracias a un aprendizaje automático que proporciona la inteligencia requerida para ingerir los datos procedentes de sensores, entender su entorno y decidir cómo desplazarse. Afirma estar colaborando ya con fabricantes automovilísticos.

Mientras tanto, start-ups como Cruise Automation y Otto han estado desarrollando combinaciones de sensores y software de inteligencia artificial que permiten convertir todo, desde grandes camiones hasta humildes coches familiares, en vehículos autónomos. Ambas han sido adquiridas recientemente por General Motors y Uber, respectivamente. 

Hay otra start-up de coches autónomos, Comma.ai, de la que también se puede aprender algo acerca del potencial de venta de los productos que Mobileye y Delphi Automotive, y tal vez Oxbotica, tienen intención de crear. Fundada por George Hotz, que saltó a la fama cuando hackeó el iPhone en 2007, Comma.ai ha presentado un sistema de autonomía que emplea aprendizaje automático y hardware por valor de 1.000 dólares (unos 886 euros) para controlar un vehículo. El proyecto ha recibido críticas, pero hace mucho por demostrar que, con el software correcto y unos sensores cuidadosamente elegidos, las prestaciones de autonomía listas para usarse podrían representar una mejora asequible para los coches nuevos. 

Fuente: tecnnologureview.es