Parálisis del sueño, ¿un fenómeno neurológico causante de experiencias “sobrenaturales”?

Abre los ojos después de una buena noche de sueño, pero nota algo extraño. Intenta estirar los brazos pero no puede moverlos. Con un miedo creciente, trata de inspirar profundamente pero no puede. No logra incorporarse para sentarse, e incluso quizá ve una sombra en la esquina de la habitación. No es una simple pesadilla ni tampoco se trata de una emergencia médica: acaba de experimentar un caso de parálisis del sueño.

Dicha parálisis es un episodio durante el cual nuestro cerebro le dice al cuerpo que todavía se encuentra en la fase en el ciclo de dormir descrita como sueño de movimientos oculares rápidos, o sueño REM (por las siglas en inglés de Rapid Eye Movement), en la cual las extremidades se hallan temporalmente paralizadas (para evitar movernos físicamente durante los sueños), el ritmo cardiaco y la presión sanguínea suben, y la respiración se hace más irregular. Es la fase donde soñamos de forma más vívida, lo que explica por qué las personas pueden sufrir alucinaciones durante la parálisis del sueño.

“Es un suceso aterrador”, asegura Steven Bender, profesor en la Universidad A&M de Texas (Estados Unidos). “El afectado está despierto, pero no tiene aún el control de su cuerpo y puede incluso llegar a ver cosas que no existen porque su cerebro aún piensa que se halla en la fase de sueño REM”.

La parálisis del sueño se distingue de tener sueños y pesadillas principalmente debido al hecho de que el cerebro está despierto, aunque todavía no se lo haya dicho al cuerpo.

Durante una pesadilla normal, la persona está dormida y luego se despierta. En la parálisis del sueño, la persona puede sufrir una pesadilla estando esencialmente despierta.

Los episodios de parálisis del sueño duran poco (como mucho un par de minutos) y normalmente solo suceden cuando nos estamos durmiendo o despertando. Además de la atonía muscular, alguien que los sufra puede tener la experiencia de soñar con la circunstancia añadida de estar consciente y notar el entorno. Eso puede hacer impactante la experiencia, e incluso inducir a creer que se ha vivido un hecho sobrenatural.

Las personas que experimentan la parálisis del sueño pueden tener alucinaciones intensas porque están soñando. Ha habido casos de personas que se han sentido levitando o que han percibido a alguien en su dormitorio pese a estar solas, o que han experimentado toda una serie de experiencias extrañas, al estilo de las narradas por la gente que cree haber sido abducida por alienígenas.

El sueño REM se lleva a cabo en ciclos de unos 90 a 120 minutos a lo largo de la noche, y en los adultos supone hasta una cuarta parte del tiempo total que pasamos durmiendo. Suele ser bastante común en la última hora dormida.

Dado que en el sueño REM se produce una respiración rápida e irregular, las personas que experimentan la parálisis del sueño pueden notar dificultades para respirar de manera apropiada, lo cual puede provocarles una sensación de ahogo y aumentar su pánico.

Este fenómeno podría ocurrir más a menudo de lo que pensamos: de un 7 a un 8 por ciento de la población podría experimentarlo. Aquellas personas que tienen ciertos hábitos de sueño, como echar una siesta o pasar ratos de sopor interactuando con su teléfono o su portátil, pueden con ello aumentar potencialmente su riesgo de sufrir la parálisis del sueño.

Las personas que padecen narcolepsia, un trastorno crónico del sueño que ocasiona una somnolencia irrefrenable, u otras alteraciones del sueño, tienen un riesgo mayor de sufrir parálisis del sueño. Otras alteraciones mentales, como la depresión y la ansiedad, se han vinculado asimismo con una mayor probabilidad de experimentarla.

El mejor modo de evitar el fenómeno es adoptar hábitos como irse a dormir y levantarse siguiendo un horario fijo, evitar ver la televisión o jugar con el móvil o el portátil en la cama, no echar la siesta y no tomar productos con estimulantes a horas cercanas a la de ir a dormir.

Fuente: Noticiasdelaciencia.com