Es posible leer en el cerebro el comportamiento de riesgo de una persona

Una investigación germano canadiense ha observado lo que pasa en el cerebro cuando estamos en estado de ansiedad y tenemos que tomar una decisión. Al mismo tiempo ha descubierto que las personas más angustiadas no asumen riesgos.

Este descubrimiento es importante no sólo porque establece la influencia de un estado psicológico concreto en el momento de tomar una de decisión, sino también porque permite predecir el comportamiento de una persona en situaciones de estrés. Los resultados se publican en la revista Psychophysiology.

El equipo investigador, formado por psicólogos de la Universidad alemana Friedrich Schiller de Jena (Turingia) con el apoyo de socios de Würzburg en Alemania y de la Universidad canadiense de Victoria, desarrolló su trabajo con 125 voluntarios.

Primero averiguaron su nivel de ansiedad mediante un cuestionario y eso les permitió seleccionar a 40, la mitad con un nivel de ansiedad alto y la otra mitad con un nivel bajo de ansiedad.

En la primera fase del experimento, desarrollado ante una pantalla, tenían que elegir una carta en función de lo que podían ganar con cada elección. La ganancia podía ser nula o de algunos centavos.

Y mientras jugaban, su actividad bioeléctrica cerebral era observada mediante electroencefalografía (EEG), con la finalidad de medir el rango theta de sus ondas cerebrales en los lóbulos frontales, que constituyen el sustrato anatómico de las funciones ejecutivas.

Ondas cerebrales

El cerebro es un órgano electroquímico que genera cinco tipos de ondas cerebrales, cada una de ellas relacionada con el tipo de actividad que desarrollamos durante el día o la noche (mientras dormimos).

Las ondas theta se mueven en un rango entre los 4 y 9 hercios y muestran una actividad alta cuando vivimos emociones muy intensas. Su actividad en los lóbulos frontales es un indicador del control cognitivo presente en el proceso de toma de decisiones.

Después del primer juego eligiendo cartas, a los 40 seleccionados se les proyectó un fragmento de una película de terror para aumentar su ansiedad. Y luego repitieron el juego de cartas en la pantalla.

Los resultados mostraron en ambas fases que los más ansiosos tienen menos probabilidades de tomar decisiones arriesgadas, tanto antes como después de ver la película de terror. Por otro lado, la actividad cerebral indicó que los participantes con mayor ansiedad también tenían una mayor actividad de las ondas theta en el lóbulo frontal del cerebro.

“Investigaciones anteriores ya habían demostrado que esta actividad cerebral es particularmente pronunciada en personas ansiosas, pero hasta ahora no sabíamos qué efecto tenía en el comportamiento”, explica la investigadora Barbara Schmidt en un comunicado.

Mayor control cognitivo

Y añade: “Con nuestro estudio hemos podido demostrar que una mayor intensidad de ondas theta en el lóbulo frontal significa un mayor control cognitivo, sopesando las opciones más intensamente, durante el proceso de toma de decisiones”. Este es un hallazgo fundamental para la investigación del comportamiento, destaca.

“En nuestros resultados, todo encaja muy bien”, añade Barbara Schmidt. “Tenemos la disposición psicológica inicial, la actividad cerebral adecuada que representa el proceso de toma de decisiones y el comportamiento resultante. Por lo tanto, el vínculo entre la ansiedad y el comportamiento asociado se explica por completo”.

Con este resultado, los investigadores pueden usar la EEG para predecir las decisiones que una persona tomará en situaciones específicas, ya que una mayor intensidad de las ondas theta en el lóbulo frontal preludia que se va a tomar una decisión de bajo riesgo.

Barbara Schmidt se propone utilizar estos hallazgos en una nueva investigación. Su campo de especialización es la hipnosis donde está investigando también las ondas cerebrales usando EEG. “En estudios posteriores, me gustaría saber si las personas corren mayores riesgos si se les dice bajo hipnosis que se sienten seguros”, concluye.

Fuente: tendencias21.net