Descubren las seis cosas que más asco nos dan y por qué mejoran nuestra salud

En Londres, un grupo de científicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical ha explicado que las sensaciones intensas y desagradables como el asco y la repulsión son necesarias para protegernos de patógenos. Han desvelado las seis cosas que más asco nos producen.

Para llevar a cabo la investigación, los científicos entrevistaron a más de 25.000 personas y les dieron a elegir entre 75 situaciones repulsivas para que las puntuaran como “es poco asqueroso” o “muy asqueroso”.

Entre las situaciones hipotéticas, estaban sentarse al lado de alguien que está vomitando en un avión, notar puntos rojos en los genitales de tu pareja, escuchar a alguien defecar, sentarse al lado de alguien que tiene un ojo infectado y utilizar el desodorante de otra persona por error, entre otros.

Una vez obtenidas las respuestas, los investigadores hallaron las seis situaciones que nos producen más repulsión. Se trata de: evidencia física de comportamiento antihigiénico, las cucarachas y los ratones, comportamientos sexuales promiscuos, personas con apariencias atípicas, la comida en mal estado y las heridas infectadas, siendo esto último lo calificado como más asqueroso.

“Aunque ya sabíamos que sentir asco es bueno para nosotros, gracias a este estudio hemos podido comprobar que el sistema de asco humano está estructurado en torno a las personas, las prácticas y los objetos que presentan un riesgo de enfermedad”, dice Val Curtis, una experta, en declaraciones recogidas por MSN.

Los resultados arrojan que las mujeres sienten más asco a estas seis cosas que los hombres, destacando los comportamientos sexuales promiscuos y los animales portadores de infecciones.

Curtis expone que el hecho de que estas seis situaciones nos produzcan rechazo tiene su origen en nuestro pasado. Es decir, antiguamente, comer alimentos podridos podía enfermarnos de cólera, el contacto con personas antihigiénicas podía transmitir lepra, las prácticas sexuales promiscuas podrían derivar en sífilis y las heridas abiertas podían contagiarte de peste o viruela.

En cuanto a las personas con una apariencia física distinta, este rechazo puede producirse debido a que en un pasado podían transmitir enfermedades. “El otro día estaba en el tren cuando vi a una mujer con una erupción cutánea bastante llamativa y el asiento a su lado estaba vacío. Es una reacción instintiva, porque enfermedades como la lepra han sido erradicadas y esta persona no presenta riesgo de infección”, indica la experta.

Sin embargo, es necesario saber qué nos produce asco y por qué ya que “si identificamos qué promueve el asco, podremos tener un verdadero impacto en la salud”, alega Curtis.

Fuente: Telecinco.es