Delirio nihilista: personas vivas que creen estar muertas

No se han dado numerosos casos a lo largo de la historia de personas que, de la noche a la mañana y sin que nada hubiese cambiado, aparentemente, en sus vidas, empezaran a asegurar que sienten como se están pudriendo sus órganos internos, llegando incluso a percibir el olor del proceso de putrefacción -hay quien incluso aseguraba que podía escuchar el sonido de la degradación interna- o creer que realmente están muertos.

Uno de los casos más famosos que han trascendido en los últimos años fue el de Graham, un hombre de 48 años de edad que cierto día de 2004 tuvo la sensación de que había fallecido tras levantarse de la cama. Algo no marcha bien en su interior, sus estímulos no respondían del mismo modo que lo habían hecho hasta la noche anterior antes de acostarse. Los especialistas que lo atendieron le diagnosticaron que padecía el ‘Síndrome de Cotard’, más comúnmente conocido como ‘Delirio nihilista’.

Graham había intentado suicidarse ocho meses antes introduciendo un aparato eléctrico dentro de la bañera donde se encontraba. Como es de esperar, el diferencial del cuadro eléctrico saltó y el suicida no pudo llevar a cabo su propósito.

Estaba atravesando una profunda depresión pero en ningún momento de los meses posteriores había presentado síntoma alguno de que padeciese el delirio nihilista, hasta aquella mañana en la que tras despertar sintió que había fallecido. Aseguraba que la medicación que se le suministraba no le servía de nada porque su cerebro estaba muerto por la descarga eléctrica en su fallido intento de suicidio.

Su caso fue publicado por la revista New Scientist y dio a conocer esta patología semidesconocida hasta entonces por la mayoría de personas. Pero no se trataba de una enfermedad nueva surgida de la nada, debido a que hace aproximadamente 140 años ya se estudió y profundizó sobre la misma gracias al neurólogo francés Jules Cotard.

Durante el segundo lustro de la década de 1870, acudió a la clínica que el doctor Cotard había abierto en la población francesa de Vanves, una mujer de 43 años de edad que presentaba un extraño y hasta entonces desconocido trastorno por el cual creía -más bien aseguraba- que sus entrañas estaban vacías al haberse muerto sus órganos internos y que tan solo formaba parte de ella los huesos y la piel que los recubría.

Cotard, quien contaba con la inestimable ayuda de Jules Falret, su mano derecha en la consulta médica, realizó una serie de pruebas y análisis a la paciente pudiendo determinar que todo lo que decía sentir y padecer se encontraba únicamente en su mente, padeciendo un síndrome el cual describió como un ‘delirio hipocondriaco’ provocado por una grave ansiedad melancólica.

Poco después, el 28 de junio de 1880, el doctor Cotard presentaba las conclusiones del estudio realizado a esa mujer frente a los científicos e investigadores de la Société Médico-Psychologique de París, la institución sobre psiquiatría y psicopatología más prestigiosa de la época y en la que se reunían a debatir, exponer y compartir sus conocimientos y trabajos los mejores especialistas sobre la mente humana.

El neurólogo siguió avanzando en el estudio de ese curioso síndrome, dándose cuenta que, por mucho que le demostraba a su paciente que estaba totalmente viva y sus órganos se encontraban perfectamente, ella seguía manteniendo su convicción respecto a su muerte en vida.

Ese estado de negación absoluta llevó a Cotard a rebautizar, dos años después, el síndrome y acuñarlo como ‘Delirio nihilista’, en clara referencia al nihilismo, corriente filosófica y artística que consistía en la negación de todo principio religioso, político y social y que fue promovida en la Antigua Grecia por Diógenes de Sínope -también conocido como ‘el Cínico’- y se puso muy de moda durante la segunda mitad del siglo XIX en la Rusia Imperial.

Lamentablemente Jules Cotard falleció inesperadamente, el 19 de agosto de 1889, a la edad de 49 años a causa de la difteria que contrajo mientras cuidaba a su hija aquejada de tal enfermedad infecciosa. Su trabajo sobre el delirio nihilista quedó inacabado, pero con una base lo suficientemente importante para que otros continuasen sus investigaciones y lo retomasen en el punto en el que el neurólogo lo había dejado.

Por tal motivo, en 1893 el neuropsiquiatra Emmanuel Régis propuso que dicho delirio de negación fuese rebautizado de nuevo y llamado ‘Síndrome de Cotard’. Coincidiendo con la época, Jules Séglas, uno de los más prestigiosos psiquiatras franceses, atendió a un paciente que presentaba todos los síntomas que tan claramente había descrito Jules Cotard en sus tesis -sentía extrema melancolía, aseguraba creer que había fallecido y decía sufrir la putrefacción de sus órganos internos-. Gracias a los posteriores estudios presentados por Séglas se popularizó el nuevo epónimo entre la profesión médica, llegando hasta nuestros días.

Fuente: Alfredo López / cienciaxplora.com