Vamos a viajar a otro sistema a gran velocidad, pero ¿cómo frenaremos?

En abril del año pasado, el multimillonario Yuri Milner anunció la iniciativa Beraktrough Starshot, que tiene un presupuesto de 100 millones de dólares para iniciar la investigación de vida extraterrestre. Uno de los proyectos de esta iniciativa es el desarrollo de una flota de micronaves espaciales (conocidas como StarChip) impulsada con vela solar capaces de viajar a Alfa Centauri (localizado a una distancia de 4,37 año luz) al 15% o 20 % de la velocidad de la luz (60.000 km/s o 215 millones de km/h).

El problema, sin embargo, no será tanto llegar como ¿de qué forma vamos a frenar una nave que viaja a tanta velocidad en tiempo relativamente corto?

¿Cómo llegar?

Para llegar a Alpha Centauri se usarán a naves con velas fotónicas que serían impulsadas por un gigantesco láser que se instalaría en un lugar de la Tierra situado en altitud y con poca humedad, como el desierto chileno de Atacama. De hecho, el concepto sería parecido al radiotelescopio ALMA instalado allí.

El impulso lo proporcionará un láser superpotente que necesitará unos 100 gigavatios de energía, una cantidad equivalente a la que producen 100 centrales nucleares grandes, así que la energía necesaria será también uno de los grandes retos a conseguir. Sin embargo, en el caso de que logremos viajar a esa velocidad y lleguemos a Alpha Centauri, ¿cómo frenaremos?

¿Cómo frenar?

una sonda espacial que pesa menos de 100 gramos en total, que está montada en una vela de 100.000 metros cuadrados, equivalente al área de 14 campos de fútbol, viaja al 20 por ciento de la velocidad de la luz. Es decir, que tal sonda cubriría la distancia de la Tierra a la Luna en sólo seis segundos. Por lo tanto, traspasaría en un instante las estrellas y los planetas del sistema Alpha Centauri.

Una posible forma de frenado podría ser el empleo de la radiación entrante de las estrellas en el sistema Alpha Centauri. Durante su encuentro estelar, la sonda no sólo sería repelida por la radiación estelar, sino que también sería atraída por el campo gravitatorio de la estrella. Este efecto podría ser usado para desviarla alrededor de la estrella.

René Heller, un astrofísico que trabaja en los preparativos para la próxima misión de exoplanetas PLATO, ha contactado al respecto con el especialista en tecnología Michael Hippke, quien diseñó las simulaciones por ordenador de este supuesto de frenado. Como señala el propio Hippke:

En nuestro escenario de misión nominal, la sonda tardaría un poco menos de 100 años, o aproximadamente el doble de tiempo que las sondas Voyager han estado viajando, y estas máquinas de los años 70 todavía están operativas.

Proxima Centauri causó sensación en agosto de 2016 cuando los astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) descubrieron un exoplaneta en su órbita que es tan masivo como la Tierra y que orbita la estrella en su llamada zona habitable.

Fuente: xatakaciencia.com