El mundo, tan cerca del apocalipsis como en la Guerra Fría

El Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock) representa en “minutos para la medianoche” cuánto le queda a la especie humana para su destrucción total. Cada año, el grupo de científicos atómicos que lo regula anuncia cuál es la posición de sus manecillas, que se adelantan o se retrasan según los últimos acontecimientos políticos, científicos y militares a nivel global. Este año los investigadores han decidido adelantarlo otros 30 segundos, al igual que el año pasado, de forma que las manecillas ya han alcanzado las doce menos dos minutos, un margen que no era tan estrecho desde la Guerra Fría. El motivo vuelve a ser la desafiante política de Donald Trump.

Este reloj, situado en la Universidad de Chicago y creado en 1947 ante el temor al estallido de una guerra nuclear, indica la vulnerabilidad de nuestra civilización. Y parece que vamos a peor. Los expertos publican en el “Boletín de Científicos Atómicos” que desde el enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética nunca habíamos estado tan cerca de una catástrofe nuclear.

Uno de los principales motivos de este adelanto son los insultos y la retórica arrogante del mandatario estadounidense, Donald Trump, y su cruce de amenazas con Corea del Norte. “Estamos muy preocupados por la línea que está siguiendo Estados Unidos y por los comentarios faltos de templanza por parte del presidente”, ha señalado la presidenta del boletín, Rachel Bronson.

El nuevo movimiento hacia ese mínimo histórico de la aguja supone trazar paralelismos entre la situación actual y la vivida en 1953, en plena Guerra Fría, después de que tanto los soviéticos como los estadounidenses hicieran sus primeras pruebas termonucleares en un plazo de solo seis meses.

El progreso del programa militar norcoreano, las tensiones en el sur de China, el incremento del armamento atómico en Pakistán e India, la escasa certidumbre sobre la continuidad de Estados Unidos en el pacto nuclear con Irán o las propias relaciones entre Washington y Moscú para el desarme fueron otros de los argumentos esgrimidos por los científicos.

Los improperios de Trump

Se trata del segundo año consecutivo, ambos después de que Trump fuera elegido presidente, en el que el comité reduce en treinta segundos la distancia al fin del mundo. La sorpresa no llega debido a los improperios lanzados por el líder norcoreano, Kim Jong-un, sino por los del propio Trump: “Estamos acostumbrados a la retórica de Corea del Norte, pero no estamos acostumbrados a que Estados Unidos responda”, ha incidido Broson. A su juicio, tanto la línea seguida por la Administración estadounidense en materia nuclear como el tono mantenido por el propio Trump “no ayudarán a un futuro más seguro”.

Bajo el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), la organización redujo en dos ocasiones el plazo hacia medianoche, pasando de seis a tres minutos en total. El momento en el que más lejos se ha encontrado la aguja de la medianoche fue en 1991, con la Guerra Fría oficialmente finalizada y el reloj retrocediendo hasta los 17 minutos de margen.

El cambio climático, desatendido

Además de la amenaza de catástrofe nuclear, el otro frente destacado para elevar el nivel de alerta fue la preocupación global por el cambio climático y la falta de acción por parte de las potencias.

En la presentación del informe, el equipo de expertos enfatizó el abandono de Estados Unidos de su liderazgo internacional en la lucha contra el cambio climático tras abandonar el Acuerdo de París sobre el clima -único país fuera de este- y suprimir el Plan de Energía Limpia contra las emisiones a nivel nacional, entre otras decisiones desreguladoras.

El proyecto del temido minutero arrancó después de que la carrera internacional por el armamento nuclear viviera su episodio más oscuro con el lanzamiento por parte de Estados Unidos de las bombas atómicas de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Entonces, un grupo de científicos del Proyecto Manhattan empezó a publicar una revista sobre los retos del apocalipsis ante la amenaza nuclear, pero no fue hasta 1947 cuando crearon el ilustrativo símbolo del reloj para transmitir la trascendencia de la situación.

Fuente: abc.es/ciencia