Las orcas de parques turísticos sufren daños en los dientes por su cautiverio

Las orcas que exhiben cuatro parques turísticos de EE.UU. y España padecen daños importantes en su dentadura como consecuencia de haber mordido las superficies de cemento y metal de los tanques donde están recluidos, así como de los tratamientos a los que son sometidos por sus veterinarios.

Esto es lo que mantiene un artículo publicado en la revista “Archives of Oral Biology” por investigadores de las universidades de Stetson (EE.UU.), Otago (Nueva Zelanda) y la organización Orca Research Trust, entre otras instituciones, y difundido este jueves en España por SOSDelfines, campaña que impulsan las organizaciones One Voice (Francia), Ocean Care (Suiza) y Born Free Foundation (Reino Unido).

El trabajo se basa en fotografías de 29 orcas tomadas en las exhibiciones que se realizan en las instalaciones de Sea World en Florida (7), Texas (5) y California (11) y de Loro Parque en Tenerife (6), la mayoría de ellas (7 %) nacidas ya en cautividad.

Desgaste en su dentadura

Sus conclusiones muestran que todas las orcas examinadas (siempre a través de las imágenes) presentan desgaste en su dentadura, que en el 45 % de los casos es moderado y en un 24 %, grande o extremo.

También destacan que, en casi dos de cada tres casos estudiados (60 %), las orcas tenían fracturados los dientes 2 y 3 de la mandíbula inferior y que un porcentaje similar (61 %) presentaba perforaciones también en esos mismos dientes.

Asimismo, subrayan que esos daños dentales están presentes incluso en las orcas más jóvenes, como una cría de unos tres años del parque de Texas que tenía perforaciones en el 25 % de sus dientes mandibulares y un macho de seis años de Tenerife con perforaciones en el 64 % de sus dientes.

En un comunicado difundido junto al estudio, SOSDelfines subraya que el 61% de las orcas fotografiadas para este artículo han tenido que ser sometidas a una “pulpotomía modificada”, intervención consiste en perforar el diente para extraer el tejido pulposo blando que se encuentra en el interior.

“Al contrario de lo que ocurre con las personas, el diente no se rellena ni se tapa, sino que se deja abierto durante el resto de la vida del animal, lo que requiere lavados diarios con productos químicos para mantener los dientes libres de restos de comida y de bacterias y para intentar tratar la infección consiguiente”, añade.

Foco de enfermedades

Una de las autoras del estudio, la veterinaria Carolina Loch, de la Universidad de Otago, explica en el comunicado que una vez que el diente se desgasta hasta dejar la pulpa expuesta, “se abre una vía de entrada a enfermedades y a infecciones, por lo que el personal al final debe perforar los dientes”.

Otro de los autores, Jeff Ventre, de la entidad estadounidense Virginia Mason Memoral, antiguo adiestrador de orcas y actualmente médico de profesión, afirma que él mismo llegó a perforar los dientes a este tipo de cetáceos.

“El daño dental es la consecuencia más trágica de la cautividad, pues no solo provoca mortalidad en las orcas cautivas, sino que a menudo también acarrea terapias crónicas de antibióticos que ponen en peligro el sistema inmune del animal, como ocurrió recientemente con la orca conocida como Kasatka”, apunta Ventre, en referencia a un caso del parque Sea World de San Diego (California).

Fuente: EFE