La NASA recortará el estudio del clima terrestre para volver a la Luna, según presupuesto de Trump

Volver a la Luna a toda costa aunque eso signifique desfinanciar parte de la ciencia climática y terrestre. Esa es la prioridad presupuestaria que sugiere la última solicitud de la administración Trump.

Aunque esto no es novedad y había sido sugerido así desde el año anterior, el nuevo presupuesto presentado esta semana despierta preocupación y malestar entre quienes consideran que otros de los planes y programas recortados de la agencia espacial NASA significarán un claro detrimento de la ciencia en general en plena ‘era del cambio climático’. Los recursos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) también podrían ser reducidos.

Entre otras cosas, la reasignación de recursos de NASA significaría que se dejaría de financiar la Estación Espacial Internacional y se busque la forma de que el complejo que orbita a 300 millas de la superficie terrestre (con 6 astronautas a bordo) se privatice a partir del 2025, así como los viajes hacia y fuera de él en empresas privadas como SpaceX.

La Oficina de Educación de la NASA (que recibió 100 millones de dólares en el 2017) sería cancelada, así como cinco misiones climáticas que tampoco recibieron financiamiento este 2018.

Entre esas cinco negativas destaca el satélite PACE previsto para lanzarse a fines de 2022 para monitorear plancton, aerosoles, nubes y material orgánico en los océanos, así como el experimento OCO-3 (con un valor de 9.5 millones). Esta misión mediría el dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra y estaba programado para su lanzamiento este año 2018.

También estaría quedando por fuera el instrumento RBI que fue cancelado en enero y que se había desarrollado para medir la luz solar y la radiación térmica reflejadas en la Tierra y un robot exploratorio para generar mejores modelos climáticos llamado CLARREO. Con un valor de 27.9 millones de dólares, este tiene la capacidad de producir registros climáticos confiables y de alta precisión.

Incluye, además, el desfinanciamiento para los instrumentos de observación de la Tierra del Observatorio Climático del Espacio Profundo (DSCOVR), aunque el satélite está en órbita desde noviembre y continuaría monitoreando el clima espacial.

‘El futuro de la humanidad en el espacio’

Según los números del presupuesto general solicitado para la NASA para el 2019, el rubro destinado a la ciencia aumentaría 200 millones de dólares (de los 5,760 millones de dólares actuales a 5,900 millones de dólares). Sin embargo, la diferencia es que esos recursos se destinarán prioritariamente a la ciencia planetaria.

Eso indica que, el presupuesto total que será asignado para las ciencias de la Tierra sería unos 120 millones inferior al actual y pasaría de 1,900 millones de dólares el año pasado a 1,780 millones de dólares.

En el sitio oficial de la agencia, el actual administrador de NASA, Robert Lightfoot, plantea y defiende porqué los cambios sugeridos en el presupuesto son para él una buena cosa.

“Este presupuesto nos obliga a liderar una campaña de exploración innovadora y sostenible que lleve el regreso de los humanos a la Luna para su exploración y uso a largo plazo seguido de misiones humanas a Marte y otros destinos”, afirma. Celebra además, que para ello “enfoca a la NASA en su misión central de exploración” y en “liderar un esfuerzo global para avanzar en el futuro de la humanidad en el espacio”.

Lightfoot también detalla que esta propuesta “brinda un enfoque renovado a nuestras actividades de vuelos espaciales tripulados y amplía nuestras alianzas comerciales e internacionales”.

Espías infrarrojos

Otra de las misiones que quedarían fuera del presupuesto es el Telescopio Infrarrojo de Campo Amplio (WFIRST por sus siglas en inglés), que habría utilizado un satélite espía existente retirado de la Oficina Nacional de Reconocimiento.

Según han explicado sus promotores en sl sitio web de NASA, WFIRST sería capaz de ofrecer a los investigadores 100 veces el campo de visión del Telescopio Espacial Hubble en luz infrarroja, “permitiendo a los científicos investigar la energía oscura, la materia oscura, la evolución del universo y los planetas distantes alrededor de otras estrellas”.

Pero no, la propuesta de presupuesto solicita que los fondos de NASA se destinen a misiones de astrofísica ‘más pequeñas’ y el un análisis independiente descubrió que el telescopio WFIRST podría costar al menos 36,000 millones de dólares.

La excepción a esta regla (que sí recibirá presupuesto) es el telescopio espacial James Webb, que también tiene previsto estudiar la luz infrarroja del universo pero con un campo de visión más estrecho. Esta misión está valorada en 8.800 millones de dólares.

Fuente: univision.com