El deshielo marino altera los ciclos estacionales y la naturaleza en el Ártico

La primavera llega más pronto a algunas especies de plantas. Otras, retrasan su aparición debido al calentamiento de los inviernos

La primavera está llegando más pronto a algunas especies de plantas en el bajo Ártico de Groenlandia, mientras que otras están retrasando su aparición en medio del calentamiento de los inviernos, y estos cambios están asociados con la disminución de la cubierta de hielo marino.

Esta es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de Estados Unidos y Noruega, y publicado en la revista Biology Letters, con Eric Post, ecólogo polar de la Universidad de California en Davis, como autor principal.

El momento de los eventos estacionales, como el primer crecimiento en la primavera, la germinación y la floración, forman la fenología de la planta, esto es, la ventana del tiempo en que tiene que crecer, producir descendencia y expresar su historia de vida. Es como el ‘reloj de la naturaleza’. Y ese reloj está corriendo rápido en el Ártico, según los investigadores.

12 años de estudio

El estudio cubre 12 años de observaciones en un campo de Groenlandia occidental situado a unos 240 kilómetros hacia el interior desde el estrecho de Davis. Ese sitio está cerca del glaciar de Russell, el cual sobresale de la capa de hielo continental que cubre la mayor parte de la isla. Cada año, desde principios de mayo hasta finales de junio, los investigadores observaron diariamente los primeros signos de crecimiento en terrenos que incluían especies de plantas individuales.

Los científicos encontraron que el calentamiento de los inviernos y las primaveras asociados con la disminución de la capa de hielo ártico crea una mezcla de especies ‘kamikazes de la velocidad’, otras más pausadas y otras intermedias. Por ejemplo, una especie de junco ahora brota 26 días antes de lo que lo hacía hace una década y es el ejemplo más paradigmático que han hallado los investigadores en su registro histórico en el Ártico.

“Cuando comenzamos a estudiar esto, nunca hubiera imaginado que estaríamos hablando de una tasa de avance de 26 días por década”, afirma Post, quien añade: “Eso es casi toda una temporada de crecimiento. Es una reveladora tasa de cambio”.

Pero otras especies no tienen prisa, como el sauce gris, cuyo comienzo en la temporada de crecimiento no se ha movido, y una especie enana del abedul, que la inicia sólo cinco días antes que hace una década.

Un paisaje que cambia rápidamente

Por otro lado, el estudio indica que, a pesar de que las plantas emergen de sus sueños invernales según la especie, el paisaje ártico está cambiando rápidamente, lo que tiene implicaciones para la estructura ecológica de la región en los próximos años.

“El Artico es realmente dinámico y está cambiando en una dirección que no será reconocible para quienes hemos estado trabajando allí durante décadas. El cuadro definitivamente está siendo reorganizado”, señala Post, que añade: “Es como una pintura de Picasso que se desdibuja ante tus ojos y se reorganiza en algún tipo de paisaje de Dalí. Se puede ver que las piezas siguen ahí, pero la forma en que se organizan entre sí no se parece a lo que solía ser y te preguntas: ¿Qué estoy mirando ahora y cómo funciona todo esto?'”.

Estudios anteriores realizados por Post en 2008 y 2013 mostraron cómo estos cambios están afectando al caribú (subespecie americana similar al reno), que solía aprovechar la temporada de parto para recuperarse del invierno aprovechando las plantas nutritivas necesarias y dar de comer a sus recién nacidos, pero a medida que ha cambiado la aparición de especies vegetales en la primavera, el reloj interno del caribú, impulsado por cambios estacionales en la duración del día, no se ha mantenido.

Post indica que la comida sigue ahí, pero no es tan nutritiva como lo era en el primer crecimiento, por lo que nacen menos terneros y mueren más cuando el crecimiento de las plantas en primavera supera la temporada de parto del caribú.

“Este es un ejemplo de las consecuencias para las especies consumidoras como el caribú, que tienen una ventana limitada para acumular recursos antes de entrar en el próximo invierno”, indica Post, que concluye: “Con este estudio más reciente, estamos dando un paso hacia la comprensión de lo extenso y críptico que los efectos de la pérdida de hielo marino podría causar en el Ártico”.

Fuente: Europa Press