El más grande y el que menos duerme: así son las noches en vela del elefante africano

Las noches árticas son un fenómeno que se da en las últimas semanas de junio en las regiones polares, en zonas en las que la oscuridad nunca es completa. Se podría establecer un raro paralelismo entre ellas y el elefante africano, ya que éste -sin contar con las condiciones climatológicas radicalmente opuestas, como es obvio- podría ser el auténtico rey de estas noches blancas a causa de su falta de sueño.

Los elefantes son conocidos por muchos clichés, la gran mayoría de ellos reales, como la tremenda furia que les sale al sentirse atacados, su enorme memoria o su especie de conciencia de su existencia al ver a un compañero muerto. A todo esto podemos añadir ahora uno más: sus noches son más cortas que las tuyas cuando vas al trabajo casi de empalmada tras salir la noche anterior. Al menos es lo que demuestra un estudio cuyos resultados se publicaron en ‘PloS One’: son los mamíferos que menos duermen.

Los investigadores, del equipo de la Universidad de Johannesburgo en Sudáfrica, han analizado dos ejemplares en libertad del mamífero más grande que vive en la naturaleza y las conclusiones son claras: sólo duermen dos horas cada noche.

Se sabe que cuanto más grandes son los animales duermen menos, ya que pasan más tiempo comiendo para subsistir. Esto sucede sobre todo en los herbívoros, que además tienen que ingerir una enorme cantidad de alimento para tener una mayor capacidad de energía.

Pero ahora se saben más cosas: este es el primer estudio que analiza con todos los adelantos posibles el ciclo de sueño de los elefantes africanos, ya que los estudios que se hicieron hace décadas se basaron en la simple observación. Para ello analizaron a dos matriarcas del Parque Nacional de Chobe (Botswana), una muestra pequeña pero que sirve para comenzar a sacar conclusiones.

A ambas les colocaron dos actígrafos en las trompas. Este es un dispositivo que recoge los movimientos y los ciclos de sueño, y es similar al que se usa en humanos. También les pusieron unos giroscopios para diferenciar cuándo estaban de pie y cuándo reposando, pero descartaron por invasivos y difíciles de instalar los electrodos -que sí se usan en personas-.

El hallazgo les sorprendió: lo de las dos horas de media de sueño es un resultado espectacular que no se esperaba ningún especialista, según cuentan en el artículo.

Otro descubrimiento es que el enorme paquidermo se adapta perfectamente a no dormir, ya que una de las hembras analizada llegó a estar despierta durante 46 horas y 21 minutos seguidos. Este hecho se podría asociar a la presencia de una manada de leones o de cazadores furtivos en el entorno, por lo que sería normal que una matriarca permaneciera atenta.

Es cierto que resulta sencillo estudiar a una hembra que a un macho adulto, que no suele ir habitualmente en manada, aunque los que sigan estudiando el sueño de los elefantes en el futuro tendrán que incluir a más ejemplares y contar con una muestra más grande. Y no sólo de matriarcas, que pueden llegar a tener que controlar un grupo de una decena de elefantes, pudiendo perder momentos de letargo por este motivo.

Otra de las grandes sorpresas del pequeño estudio es que comprobaron que la gran mayoría de elefantes salvajes duermen de pie. No se recuestan más que una noche de cada tres o cuatro y no suelen tener un ciclo fijo de sueño todos los días, influyendo en éste las condiciones meteorológicas y las posibles amenazas al grupo.

Fuente: tecnoxplora.com