Las suricatas llevan los pantalones

La testosterona suele hacer a los machos más grandes, más fuertes y más agresivos. Pero algunos estudios han señalado que puede estar detrás de una reducción de la esperanza de vida y de efectos colaterales poco agradables, como la calvicie. Sea como sea, se puede decir que en el mundo animal la testosterona es en general una hormona relacionada con el comportamiento dominante de los machos.

Pero los suricatos de la punta sur de África tienen sus propias reglas. Según dos estudios publicados recientemente, uno en la revista «Scientific Reports» y otro publicado en “Biology Letters”, ambos escritos por investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (Estados Unidos), las hembras de suricatos pueden producir el doble de testosterona que los machos. Esto facilita que se comporten como machos dominantes, y que puedan tener bajo su cargo a un grupo de hasta 50 subordinados. Pero tiene un inconveniente: la testosterona parece debilitar su sistema inmune.

Aunque hay otros animales en los que las hembras son las dominantes, los suricatos son los únicos que se conocen en los que el patrón de hormonas está invertido.

Reinas mafiosas

Por eso, entre estos suricatos las hembras son las “bordes” de la manada. Se pasan el día gruñendo, mordiendo y persiguiendo a otros. Todo para dejar claro quién lleva los pantalones. cuanto más dominte sea la reina suricata, más incordiarán a sus subordinados, empujando, atacando y robando comida de las hembras que están por debajo.

Si llega el caso, la jefa podrá expulsar a las otras hembras si se quedan embarazadas o incluso podrá matar a sus bebés. Todo con la intención de que las pobres hembras subordinadas cuiden de las crías de la reina y no de las propias.

Como no podía ser de otra forma, el resultado es que las hembras dominantes viven más que las subordinadas, y que el 80 por ciento de la descendencia de la manada proviene de la reina y no de las demás.

Pero después de analizar las heces de los animales dominantes, los investigadores descubrieron que tenían más huevos de parásitos que las subordinadas, lo que sugiere que su sistema inmune está más debilitado. Esto confirmaría una idea propuesta en 1992 y según la cual la testosterona hace a los machos más agresivos, pero también más sensibles a las infecciones.

Por eso, ahora tratarán de averiguar si el sistema inmune de las hembras dominantes funciona igual que los del resto o no.

Fuente_ ABC