La verdadera causa de la tormenta gigante de polvo que azotó Oriente Medio en 2015

En agosto de 2015, una tormenta de polvo cubrió grandes áreas de siete naciones de Oriente Medio con una neblina de polvo y arena lo bastante densa como para ocultarlos de la vista de los satélites. La tormenta provocó varias muertes, miles de casos de lesiones y dolencias respiratorias, y ocasionó la cancelación de vuelos de aviones así como el cierre de aeropuertos.

En ese momento, la inusual gravedad de la tormenta fue atribuida por los medios periodísticos de Oriente Medio, Europa y Estados Unidos a la guerra civil en Siria. Circularon informes en los que se culpaba de la tormenta a cambios, promovidos por el conflicto, en el uso del terreno y en su cubierta vegetal, así como a ciertas actividades, como un mayor tráfico militar sobre superficies sin pavimentar y un uso menor de agua para regadío agrícola o el cese total de este por el abandono de los campos. Todo esto habría creado cantidades extremas de polvo que habrían alimentado la tormenta.

Ahora, el equipo de Elie Bou-Zeid, de la Universidad de Princeton en Estados Unidos, quien vivió la tormenta mientras se encontraba en el Líbano, ha encontrado una causa más probable para esta tormenta sin precedentes: no fue el conflicto humano, sino una combinación de factores climáticos y meteorología inusual.

 Si bien una menor cubierta vegetal y una perturbación del suelo pueden proporcionar más sedimento disponible para ser emitido en las tormentas de polvo, los investigadores argumentan que el vínculo tan ampliamente difundido entre la tormenta y las luchas en Siria no fue debidamente examinado y por tanto carecía de apoyo empírico.

La combinación de condiciones antes de la tormenta fue muy inusual. En primer lugar, la tormenta fue precedida por un período muy cálido, así que la tierra que no estaba cubierta con vegetación estaría más seca y sería más fácil que desprendiera granos de arena.

 Las condiciones extremadamente áridas aumentaron la cantidad de polvo disponible y disminuyeron el umbral a partir del cual se produce la erosión, haciendo más probable que el polvo resultante se desprendiera hacia la atmósfera.

 El otro factor que ayudó a generar la tormenta, según los investigadores, fue un patrón de vientos inusual.

Fuente: noticiasdelaciencia.com