El mapa de las amenazas a la vida salvaje

La deforestación, la sobrepesca y la caza furtiva causan unas pérdidas dramáticas de biodiversidad, pero detrás de esto está el principal impulsor de esta explotación de recursos naturales: la producción de bienes y servicios para la exportación.

Un estudio publicado en ‘Nature Ecology and Evolution’ permite identificar qué consumidores desde un país o una zona geográfica amenazan a las especies de otros. Todo un atlas mundial, con diversos colores, que muestra las zonas más afectadas por el comercio internacional. Una herramienta para conocer qué rutas impactan negativamente en la fauna salvaje para poder mejorar las políticas de conservación.

En el siguiente mapa podemos ver las presiones ejercidas por la Unión Europea: las zonas de colores púrpura y azul más oscuro son las más amenazadas.

La exhaustiva investigación abarca amenazas terrestres y costeras. Para ello los autores identificaron las áreas de distribución de las casi 7 mil especies de animales vulnerables o en peligro de extinción de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación (IUCN)

Después identificaron hasta 166 variables de peligros vinculados a los sectores económicos de producción que pueden provocar su desaparición, como la explotación forestal o el transporte. Los productos y servicios producidos por más de 15 mil industrias se han asociado a los consumidores finales de los productos en 187 países para así poder desarrollar un porcentaje de riesgo para una especie en función del consumo de un bien u otro.

Así, por ejemplo, la madera de Malasia está privando de hábitat a los elefantes, águilas y osos. La producción agrícola que absorbe el consumidor estadounidense está comprometiendo el hábitat del mono araña negro (Ateles paniscus). En España, la creciente demanda de nuestro aceite de oliva podría dañar el hábitat del lince ibérico (Lynx pardinus), por la presencia de presas hidroeléctricas para regar cultivos.

Estos últimos ejemplos implican a la biodiversidad terrestre. En cuanto al hábitat marino, el sudeste asiático es la región más afectada, por la presión ejercida por el consumo desde Estados Unidos y Europa. Nuestro continente también está ejerciendo una fuerte presión en el Océano Índico.

Los autores del estudio confían en que su mapa “ayude a las empresas a hacer una elección racional de sus cadenas de suministro y sus intermediarios para mitigar sus impactos negativos”, sugiriendo un etiquetado de productos amigables con la biodiversidad para que los consumidores puedan consumir de forma más sostenible.

Según datos de WWF, más de la mitad de las poblaciones de vertebrados han desaparecido en el mundo desde 1970, una cifra que puede elevarse a dos tercios en 2020.

Fuente: tecnoxplora.com