Descubierta por primera vez una abeja hembra con dos padres y sin una madre

Entomólogos han descrito a 10 abejas de una colonia, que tenían dos o tres padres y una madre, según Biology Letters. Otro individuo de la misma colonia no tenía madre, solo dos padres. Según los autores, este es el primer caso conocido cuando un insecto himenóptero hembra surgió como resultado de la fusión de genomas paternos.

En muchos insectos sociales, la reina se aparea con varios machos y almacena el esperma para el resto de su vida. En las abejas, la reina se aparea con al menos 10 machos, y después de formar la colonia, pone huevos constantemente, algunos de los cuales permanecen sin fertilizar. Pero los insectos pueden desarrollar ginandromorfismo, una anomalía en la cual el organismo de un individuo contiene el genotipo y los signos externos del sexo masculino y femenino. En las abejas, el ginandromorfismo se desarrolla como resultado de la unión de un óvulo fertilizado y el esperma de otro macho.

Una abejita inusual

Entomólogos de la Universidad de Sydney, liderados por Benjamin Oldroyd encontraron en una de las colonias de abejas italianas (Apis mellifera ligustica) 11 individuos con ginandromorfismo probable. La madre de estas abejas era la reina, que se apareó con los machos y fundó la colonia de forma natural. Los investigadores estudiaron los signos externos de las abejas ginandromorfas y su genotipo.

Los resultados mostraron que 10 de las 11 abejas presentaban genotipos y características externas femeninas y masculinas. Algunas de ellas diferían en el color inusual del abdomen, cinco abejas tenían órganos sexuales característicos de las abejas trabajadoras, y tres de ellas tenían órganos sexuales anormalmente desarrollados, casi como los de la abeja reina. Dos abejas tenían órganos parcialmente femeninos y masculinos. En cuanto al genotipo, dos individuos tenían tres padres, el resto tenía dos.

Pero el genotipo más inusual lo tenía la hembra, que no tenía genoma nuclear materno, solo dos paternos. En apariencia, parecía una abeja trabajadora, y solo la coloración inusual del abdomen la distinguía de las demás. Su genotipo, probablemente, fue el resultado de la fusión de dos genomas nucleares paternos, que, según los autores del estudio, es el primer caso conocido en himenópteros.

Anteriormente, entomólogos de la Universidad de Queensland (Australia) han demostrado que las abejas pueden tener una inclinación individual a elegir el lado derecho o izquierdo durante el vuelo. Alrededor de una cuarta parte de los insectos que participaron en el experimento de los científicos resultó ser “diestro”, otro cuarto “zurdo”, mientras que el resto de los animales no mostraron preferencias.

Fuente: nmas1.org