Animales que parecen, pero no son venenosos

Ya sea por su aspecto o por el desconocimiento, diversos animales de la Ciudad de México son considerados como venenosos.

Por ejemplo, especies como el cara de niño, los escarabajos e incluso las tarántulas sufren de prejuicio de ser ponzoñosos.

Patricia Escalante Galindo, directora del Centro Toxicológico del Hospital Juárez de la CDMX, explicó que hay animales que causan daños en la piel, pero éstos son mínimos a comparación de la fama que se han ganado.

“El cara de niño no es peligroso, es un depredador de los jardines que extermina a varias plagas. Lo que pasa es que sus patas son como navajas, y cuando se suben a los brazos de alguien, al momento de querer tirarlo el cara de niño se aferra, causando cortadas que no son tóxicas”, dijo la especialista en una entrevista con 24 HORAS.

El Centro Toxicológico del Hospital Juárez de la Ciudad de México es el único en su tipo en la Zona Metropolitana del Valle de México; ahí son canalizados todos los pacientes de la Ciudad de México y su zona conurbada que son mordidos por algún animal venenoso, ya que ahí están en resguardo los antídotos del sector salud de la región.

Sin embargo, sí hay animales que son venenosos; en lo que va del año, a escala nacional la Dirección General de Epidemiologia de la Secretaría de Salud federal tiene registro de 13 mil 233 personas intoxicadas por picaduras de animales ponzoñosos, número inferior al mismo periodo del año pasado, cuando tuvieron 14 mil 534 casos.

De estos reportes, sólo 284 corresponden a casos de la Ciudad de México, es decir sólo 2.1% del total del país. Por las bajas cifras de estos datos, la Secretaría de Salud de la capital del país descarta que las mordeduras sean un problema.

Para Escalante Galindo la picadura de animales venenosos no debe de subestimase, ya que no deja de ser es la segunda causa de intoxicación, en especial por víbora de cascabel enana, alacrán, viuda negra y araña violinista, animales que ocupan los primeros lugares de lista de los ponzoñosos.

Cabe destacar que, aunque, por ejemplo, la araña violinista no es originaria de la Ciudad de México, llegó a la capital ya sea porque alguien la trajo como mascota, y ésta escapó, o porque se metió al equipaje de un turista desde su lugar de origen.

“Nuestro principal grupo de lesiones por animales de ponzoña son campesinos, jardineros, trabajadores de la construcción y en cuarto lugar tenemos el hogar, es decir, amas de casa y niños. Lo más importante cuando somos agredidos por animales como éstos, lo primero que debemos hacer es nunca poner remedios caseros, sino acudir a una clínica”, añadió.

Fuente: 24horas.mx