Abejas usan panales de plástico

Ecosphere, la publicación de la Sociedad Ecológica de América recientemente publicó un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de York, así como la Universidad de Guelph en Canadá. Éste explica la manera en que diversas especies se han adaptado a los cambios ambientales, en muchos casos, de forma exitosa.

El estudio se centró específicamente en el plástico. Los investigadores apuntaron en el estudio: “A pesar de que el impacto negativo tanto en las especies como en los ecosistemas ha sido documentado de forma clara, existen pocas observaciones acerca de la flexibilidad de comportamiento y adaptación por parte de las especies, particularmente los insectos a ambientes abundantes en plástico”.

El líder de la investigación fue el Dr. Scott Maclvor, quien junto a su equipo situó “panales trampa” en Toronto con la finalidad de observar qué hacían las abejas con y dentro de ellos. Las abejas que utilizaron para el experimento son de una clase que por lo general construyen nidos (o panales) en cavidades sobre la tierra y dependiendo del tipo de abeja emplean diferentes tipos de materiales, tales como hojas, lodo e incluso pequeños guijarros. Pero mientras más avanzaba el trabajo de las abejas los investigadores notaron que incluían algunos materiales más modernos en la construcción de sus nidos. Las abejas emplearon algunos tipos de plástico que imita a los materiales naturales que habitualmente usarían. La abeja corta hojas de alfalfa (Megachile rotundata) agregó a sus nidos pequeños trozos de bolsas de plástico, mismo que reemplazó al 23 por ciento de las hojas.

Por su parte, la variación Megachile campanula, que por lo general emplea resina de pino, sustituyó este material por selladores basados en poliuretano, como los que se usan para construir exteriores.

Por supuesto, existe una enorme posibilidad de que las abejas se hayan llevado esos materiales de forma accidental. Pero ello hizo notar a los investigadores la manera en que se han adaptado a los materiales hechos por el hombre. Los trozos de plástico empleados por la corta hojas de alfalfa sugieren que fueron masticados de forma distinta a cómo mastican las hojas.

Lo interesante es que, en ambos casos, las larvas de abejas crecieron exitosamente. Los científicos fueron muy enfáticos al declarar que ello no implicaba que el plástico fuera una herramienta cien por ciento práctica al construir nidos. Por ejemplo, el plástico no se pega como lo hacen las hojas al ser masticadas por las abejas y liberar una sustancia que actúa como pegamento.

Es un hecho comprobado en estudios previos que el plástico empleado en la construcción de nidos provoca la aparición de moho, hecho que puede llevar a la muerte de los animales que lo habitan. Es un hecho que el plástico, sin duda, está envenenando a nuestro planeta.

Pero al mismo tiempo, al menos en el caso de las abejas, el plástico podría tener muchas ventajas sobre materiales naturales. Los autores del estudio explicaron que el plástico podría impedir que los parásitos colonizaran el nido, infectando a las larvas. En todos los casos de estudio, las abejas emergieron del panal libres de parásitos.

Independientemente de si las abejas se encuentran conscientes o no del tipo de material que están usando en la construcción de sus nidos, lo destacable es su capacidad de adaptación, incluso aún a nuestros horribles hábitos humanos. El estudio incluso concluye que aquellas especies que se adaptan a ambientes con gran cantidad de plástico podrían presentar ventajas en áreas urbanas sobre aquellas que no lo hacen. ¿Será que las abejas lograrán ser superiores a nuestra infinita capacidad de generar basura? Por su bien y por supuesto, por el nuestro, ojalá así sea.

Fuente: fundacionunam.org.mx