Samuel Tobias, neurocirujano mexicano-israelí que salva vidas de combatientes sirios

Samuel Tobias es un neurocirujano mexicano que emigró a Israel, y que ahora lleva a cabo una admirable labor humanista: salva las vidas de combatientes sirios que han sufrido heridas graves de bala, a pesar de que Siria y el Estado judío están en guerra. En la última edición de la Ciudad de las Ideas Beyond X, en Puebla, Enlace Judío lo entrevistó en exclusiva.

Samuel Tobías es un orgullo de la comunidad judía de México. Hace más de 20 años se mudó a Israel y ahí, como médico cirujano, ha salvado decenas de vidas de combatientes sirios heridos de gravedad, a pesar de que Israel y Siria son enemigos y llevan décadas en guerra.

Samuel nos relata: “En marzo de 2012, el ejército llamó al director del hospital y nos dijo que había heridos del lado de Siria, nuestra respuesta inmediata fue ‘tráiganlos’. Y a partir de ahí cambiaron nuestras vidas, tanto como médicos, enfermeras, y los heridos”.

“No hay nada más hermoso y más espiritualmente satisfactorio que salvar una vida y darle la posibilidad a la gente de seguir viviendo, no sólo ‘estar’”.

Al principio, dice, “era muy difícil, somos países en guerra, los sirios llegaban inconscientes y estaban de pronto en Israel, país enemigo. El miedo los agobiaba. Pensaban que íbamos a torturarlos. Y ahora llegan felices de estar en Israel, saben el tipo de tratamiento que van a recibir, médico y como seres humanos. A ellos en Siria les enseñan que somos monstruos, y cuando cruzan la frontera se dan cuenta que son mentiras.”

Su labor tiene un efecto positivo: “ellos son nuestros embajadores para la paz en el futuro, no creo que la situación cambie pronto, pero quizá es la puerta para un Medio Oriente distinto”.

Sobre su primer experiencia en esta encomiable labor, relata: “eran dos, uno falleció, iba herido por arma de fuego, y el segundo llevaba una herida en la cabeza a causa de una mina que explotó; llegó inconsciente, lo hospitalizamos, lo operamos y cuando despertó se trató de quitar las intravenosas y se quería lanzar por la ventana, creía que lo íbamos a torturar, que iba a sufrir. Luego se calmó poco a poco. Aunque no perdió el miedo, nos agradeció a todos”

“Como en todo conflicto”, lamenta, “primero llegan soldados, luego mujeres y niños. Incluso, cuando uno de estos soldados despertó, me dijo: me sirve la mano derecha, con esa quiero seguir luchando, y se fue”.

También cuenta el caso de una mujer que fue abusada por los sirios, le dieron un tiro de gracia en la cabeza, y la dieron por muerta.

“No sabemos lo que le hicieron. Los cuerpos de rescate de la ONU la trajeron al hospital inconsciente. La atendimos, y después de 10 u 11 horas de cirugía y 17 días de recuperación, volvió a Siria, despierta, alerta, sin déficit aparente neuronal”.

A pesar de las cosas terribles que ha tenido que ver, se declara optimista:

“Hay un odio muy arraigado, eso va a ser difícil erradicar, pero en el futuro vamos a tener un Medio Oriente más unido”, dice, esperanzado.

También compartió detalles sobre su historia personal: fue alumno del Colegio Israelita, posteriormente de la UNAM y del Instituto de Neurocirugía en la Ciudad de México; más tarde hizo una especialidad en el Jefferson Medical College de Filadelfia, y otra en Jerusalén, donde, como cirujano, conoció a su esposa.

Volvió a Estados Unidos algunos años y finalmente a Israel, esta vez a la Galilea.

Fuente: enlacejudio.com