Una imaginación privilegiada que es reconocida por las más altas esferas del mundo, un talento que orientó al servicio de la humanidad y que es aplicado en decenas de países donde la pobreza impide el acceso a equipos médicos…

José Gómez Marquez es un capitalino que luego de concluir sus estudios en Honduras partió hacia los Estados Unidos en búsqueda de su formación universitaria, una carrera que casi fue frustrada por el huracán Mitch ya que eliminó la posibilidad de los padres de José de seguir costeando sus estudios, esta situación le obligó a buscar trabajo y por sus propios medios concluyó su carrera, trabajo arduo de poco tiempo libre el que dedicó a dar rienda suelta a su mente, inventar y crear…

Poco tiempo pasó para que mostrara sus inventos y participó en el concurso “IDEAS” patrocinado por una de las instituciones universitarias de más prestigio en el mundo como lo es la afamada universidad Massachussets Institute of Technologies (MIT), concurso que ganó en tres ocasiones y en donde la orientación de sus invenciones era “Formas nuevas y creativas de mejorar el acceso a la salud de las personas pobres”

Sus primeros inventos fueron sistemas de aplicación de vacunas, vaporizadores simples y de uso sencillo para el combate a el sarampión y la tuberculosis, todo esto pensando en la forma de que personas de países pobres tuvieran acceso a los dispositivos, equipos de bajisimo costo que permitieran a todo el mundo alcanzar la salud de forma precisa, eficiente y barata.

Ante su talento, MIT le nombró jefe de la unidad de diseño de tecnología médica mediante el uso de pequeños dispositivos, inventos que aunque usted no lo crea, parten de piezas de juguetes y materiales comunes.

Su laboratorio plagado de juguetes y piezas de equipos baratos de acceso común son el principio del desarrollo de todo un enjambre de ideas donde el conocimiento de los principios de los equipos médicos son el patrón a seguir, equipos que quizá son inaccesibles en los países pobres pero no los componentes con los que José desarrolla sus inventos, ¿cuanto dinero cuesta un equipo medico de inhalación?, mucho dinero para una persona o para centros de salud de países en desarrollo, ¿pero y si logramos el mismo efecto utilizando una bomba para inflar llantas de esas que la mayoría tiene?, ¿cuanto cuestan los dispositivos de alarma para avisar a la enfermera que el suero ya se consumió? ¿y si con una pistola de juguete logramos el mismo propósito?, ideas locas muchos pensarán, pero absolutamente efectivas, prácticas y de bajo costo después que José y su equipo se dedican a dar solución al problema, el efecto de equipos que cuestan cientos de dolares, él los logra con apenas unos dolares o quizá centavos.

Su patio de insumos son las tiendas de juguetes, juguetes que José no mira como tales ya que trata de entender la ingeniería de sus mecanismos y la aplicación mecánica de estos, se detiene, observa y visualiza el potencial de ideas inteligentes pero para otro tipo de aplicaciones, de algo creado para la diversión, José ve algo muy serio en ello…

Hoy sus aportaciones son aplicadas en muchos dispositivos comerciales contra el asma, aplicación de vacunas y otros.

Ademas de su trabajo de científico del MIT, José trabaja en la Fuerza de Tarea de Contra la Pobreza de la Unión Europea y también es asesor experto en el Consejo de la Presidencia de los Estados Unidos en Ciencia y Tecnología, cuenta con una interminable lista de premios y reconocimientos de carácter mundial.

Sus invenciones que son realmente ingeniosas son destacadas en TED TALKS, CNN, Wired, Discover Magazine, The Economist y muchos otros sitios donde se destaca ese talento tan especial de un hondureño.

Todo lo que hace José lo hace pensando en Honduras, un país como muchos otros que necesita mejorar el acceso a la salud de las personas más pobres, apoya directamente el talento humano del país por medio de la fundación Honduras Global donde junto a otros hondureños de talla mundial buscan un mejor futuro para Honduras.

Fuente: popa.hh