Un millonario japonés fue quien compró el primer billete comercial a la Luna

Yusaku Maezawa se ha convertido en el primer ser humano en comprar un billete a la Luna. El empresario japonés, de 42 años, fundador de las compañías de comercio electrónico Start Today y Zozotown, tiene un billete para el primer viaje tripulado privado al espacio, previsto para el año 2023, a bordo de la nave BFR, de SpaceX, la compañía con la que el multimillonario Elon Musk quiere contribuir a que el ser humano se convierta cuanto antes en una especie multiplanetaria.

Maezaewa, según ha informado él mismo esta noche en la sede de SpaceX en Los Ángeles, no viajará solo. El empresario, coleccionista de arte, que en las subastas del año pasado pagó 110,5 millones de dólares por una obra de Basquiat, ha tenido la idea de invitar a bordo de la nave a entre seis y ocho destacados artistas de todo el mundo, aún por elegir. Un pintor, un escultor, un músico, un arquitecto, un director de cine, un fotógrafo y un diseñador de moda. “Artistas que representen a la Tierra en su viaje a la Luna”, ha explicado. Pasarán una semana en el espacio con todos los gastos pagados y, a su regreso, crearán una obra inspirada por la experiencia. “¿Qué sentirán al ver la Luna y la Tierra desde el espacio? ¿Y qué crearán?”, se preguntaba el empresario. El proyecto se llama Dear Moon (Querida Luna), y ya cuenta con una página web que se ha lanzado esta noche.

“Desde que era un niño, he amado la Luna”, ha asegurado Maezawa. El empresario, dueño de una riqueza estimada en 2.900 millones de dólares, según Forbes, ha irrumpido en el escenario, con una camiseta de Basquiat diseñada por Comme des Garçons, y ha dicho: “¡He elegido ir a la luna!”. Ha comprado, de hecho, todos los billetes. Con la cantidad aportada, previsiblemente tan astronómica como el viaje y que no han querido revelar, Maezawa contribuye a financiar el sueño espacial de Musk, que prevé otras vías de ingresos como la puesta en órbita se satélites comerciales.

BFR (Big Falcon Rocket) es el nuevo cohete de SpaceX, la compañía de Musk que cumple ahora 10 años y que ya ha mandado al espacio una nave que portaba un coche Tesla. BFR, que esta noche se ha presentado con cierto detalle técnico y que está previsto que empiece a realizar pruebas el año que viene, es el prototipo en el que el empresario basa su proyecto de lograr llevar la vida humana de manera permanente a Marte y con el que quiere llegar a la Luna (sin alunizar) medio siglo después de la última misión Apolo.

Un cohete aún no probado

Esta no es la primera vez que Musk ha prometido enviar turistas a la Luna. El año pasado, dijo que dos turistas pagarían por orbitar la Luna en 2018, pero esos planes no se materializaron, informa AFP.
El viaje se llevará a cabo a bordo del Big Falcon Rocket (BFR), que hasta ahora solo se ha mostrado en diseños e imágenes. Mientras la expectativa crece sobre el cohete, Musk tuiteó tres imágenes, mostrando que tendrá una primera parte con motores y sistemas de combustible, y una segunda con la nave en la que viajarán los pasajeros. Musk estimó que su construcción podría tener un costo de unos 5.000 millones de dólares.

Al igual que en los cohetes desarrollados antes por SpaceX, el Falcon 9 y el Falcon Heavy, la primera parte puede separarse del resto del cohete y regresar a la Tierra para un aterrizaje vertical. La nave continuará hacia la Luna, impulsada por sus motores.

La forma del BFR es una reminiscencia de los transbordadores espaciales, las naves que llevaron a los astronautas al espacio 135 veces desde 1981 hasta 2011. Musk ha dicho que quiere que el BFR tenga capacidad para unas 100 personas. El volumen de su área presurizada interior sería comparable a la de un Airbus A380, algo que nunca se ha hecho. También sostuvo que el sistema de lanzamiento podría algún día ser utilizado para colonizar la Luna y Marte, a fin de hacer de los humanos una especie “multiplanetaria”, aunque esos destinos tienen distinta complejidad: mientras que un viaje a Marte puede llevar de dos a seis meses, ir a la Luna suele demandar unos tres días.

Fuente: elpais.com