Tras cuatro años, la ciencia sigue sin resolver el mayor misterio del mundo de la aviación en décadas

Es curioso, vivimos en una época en la que, independientemente del lugar del planeta donde te encuentres, tu teléfono móvil delatará tu ubicación exacta. Sin embargo, la industria de transporte más avanzada del mundo todavía no está obligada a ello. El misterio del MH370 le debe mucho a esta situación.

La primera cuestión que suele surgir cuando alguien trata de buscar una explicación razonable a la desaparición de una gigantesca máquina de toneladas de peso es más simple, ¿cómo y por qué demonios puede desaparecer algo así? Lo cierto es que han pasado algo más de cuatro años, y el relato del vuelo 370 de Malaysia Airlines sigue siendo uno de los mayores misterios de la historia de la aviación.

Salida y fin de la comunicación

El 8 de marzo del 2014 el vuelo MH370 de Malaysia Airlines, con 239 pasajeros (incluyendo tripulación) a bordo, se dirigía de Kuala Lumpur a Beijing. A las 00:41, el vuelo partió del Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur (debía llegar a Beijing a las 06:30). Según explicó la compañía aérea, el avión perdió el contacto menos de una hora después del despegue. No se envió ninguna señal de socorro o mensaje.

A la 01:07, minutos después de despegar, el Boeing 777 envió su última transmisión ACARS, un servicio que permite que las ordenadores a bordo del avión “hablen” a los equipos que están en tierra. Poco después se silenció y no se envió la transmisión esperada para la 01:37.

A la 01:19 se emitió la última comunicación entre el avión y el control del tráfico aéreo de Malasia. Al principio, la aerolínea dijo que las investigaciones iniciales revelaron que el copiloto había dicho “Muy bien, buenas noches”. Sin embargo, las autoridades malasias confirmaron más tarde que las últimas palabras que se escucharon del avión, dichas por el piloto o el copiloto, fueron, de hecho: “Buenas noches Malaysian tres siete cero”.

Unos minutos más tarde, el transpondedor del avión, que se comunica con el radar terrestre, se cerró cuando el avión cruzó el control del tráfico aéreo de Malasia hacia el espacio aéreo vietnamita sobre el Mar del Sur de China. A la 01:21 la Autoridad de Aviación Civil de Vietnam dijo que el avión no se registró como estaba previsto con el control del tráfico aéreo en Ciudad Ho Chi Minh.

A las 02:15: el radar militar de Malasia trazó el vuelo MH370 en un punto al sur de la isla de Phuket, en el estrecho de Malaca, al oeste de su última ubicación conocida. Los registros militares tailandeses también confirmaron que el avión giró hacia el oeste y luego hacia el norte sobre el mar de Andamán. En los mapas que acompañan su informe del 1 de mayo, el gobierno de Malasia revisó el tiempo: a las 02:22 lo colocó en el punto más al oeste.

A las 02:28 horas, después de la pérdida del radar, un satélite sobre el Océano Índico recogió datos del avión automáticos entre la aeronave y una estación en tierra. El último de estos datos recogidos tuvo lugar a las 08:11.

Pasadas varias horas tuvo lugar la última de estas comunicaciones. Esta información, divulgada una semana después de la desaparición del avión, sugirió que el avión se encontraba en una de dos rutas de vuelo, una que se extiende al norte entre Tailandia y Kazajstán, y otra al sur entre Indonesia y el sur del Océano Índico.

Tripulación y pasajeros

Los 12 miembros de la tripulación eran todos malasios, liderados por los pilotos, el capitán Zaharie Ahmed Shah, de 53 años, y el copiloto de 27 años, Fariq Abdul Hamid. El resto eran los 227 pasajeros, incluidos 153 chinos y 38 malasios, según las fuentes oficiales. Además, siete eran niños.

Otros pasajeros venían de Irán, Estados Unidos, Canadá, Indonesia, Australia, India, Francia, Nueva Zelanda, Ucrania, Rusia, Taiwán y los Países Bajos. Además, durante la investigación se encontró que dos hombres iraníes viajaban con pasaportes falsos.

Las investigaciones revelaron que Pouria Nour Mohammad Mehrdad, de 19 años, y Delavé Seyed Mohammadreza, de 29, se dirigían a Europa vía Pekín (aparentemente no tenían vínculos con grupos terroristas).

Entre los ciudadanos chinos había una delegación de 19 artistas que habían asistido a una exposición en Kuala Lumpur. Malaysia Airlines dijo que había cuatro pasajeros que se registraron para el vuelo pero que no se presentaron en el aeropuerto. Los miembros familiares de los que estaban a bordo fueron informados en persona, por teléfono y por mensaje de texto el 24 de marzo de que el avión se había perdido.

La búsqueda

Desde el mismo día de la desaparición se activaron todos los operativos. La ruta planeada del avión lo habría llevado hacia el noreste, sobre Camboya y Vietnam, y la búsqueda inicial se centró en el Mar del Sur de China, al sur de la península Ca Mau de Vietnam. Sin embargo, la evidencia de un radar militar revelado más tarde, sugirió que el avión había cambiado repentinamente de su rumbo norte hacia la parte oeste. Así que la búsqueda, que involucró a docenas de barcos y aviones, cambió al oeste de Malasia.

Una evidencia adicional revelada el 15 de marzo de 2014 por el primer ministro malasio, Najib Razak, sugirió que el avión fue desviado deliberadamente por alguien a bordo aproximadamente una hora después del despegue. Después de que se revelara la última comunicación del MH370 con un satélite, más o menos una semana después de la desaparición del avión, la búsqueda se expandió a casi 5 millones de kilómetros, aproximadamente el 1,6 % de la superficie de la Tierra.

¿Qué ocurrió? Que desde el 16 de marzo los datos de seguimiento publicados por las autoridades malasias parecían confirmar que el avión se estrelló en el Océano Índico, al sudoeste de Australia, con posibles ubicaciones después de nuevos análisis por satélite.

En este punto de la investigación se dieron algunos falsos positivos. A principios de abril de 2015, barcos australianos y chinos que usaban equipos de escucha submarina detectaron señales ultrasónicas, señales que según los funcionarios podrían ser de los registradores de vuelo de la “caja negra” del avión. Los pings parecían ser los más prometedores hasta ahora, y se usaron para definir el área de búsqueda en el lecho marino, conducida por el robot sumergible Bluefin-21.

En diciembre de 2015 los funcionarios australianos dijeron que habían rastreado el área de búsqueda y confiaban en que estaban buscando el área correcta para el avión. Al final, una búsqueda liderada por Australia utilizando drones submarinos y equipos de sonar desplegados en barcos especializados peinaron un área de 120.000 kilómetros del Océano Índico Sur. Tampoco descubrieron la ubicación del avión.

En diciembre de 2016, un grupo de investigadores admitió que era improbable que el avión se encontrara en esa zona de búsqueda y recomendaron buscar más al norte. Los expertos identificaron una nueva área de aproximadamente 25.000 kilómetros cuadrados al norte del área de búsqueda actual que tenía la “mayor probabilidad” de contener los restos del avión. Esta era la última área en la que posiblemente podría ubicarse el avión, dada la evidencia actual, según el informe.

Aunque la búsqueda submarina no arrojó información, fue a lo largo de una costa a miles de kilómetros de distancia, cuando las pistas comenzaron a aparecer en las playas. El 29 de julio de 2015, un voluntario que limpiaba una playa en St. Andre descubrió un pedazo de avión de 2 metros de largo.

El 5 de agosto, el primer ministro malasio, Najib Razak, anunció que los investigadores habían “confirmado de manera concluyente” que los restos provenían del avión desaparecido, un hallazgo confirmado por funcionarios franceses.

Fue el primero de más de 20 fragmentos posibles encontrados en la costa africana e islas en el Océano Índico. En noviembre de 2016, un informe encontró que los flaps de las alas del avión que se recuperaron no estaban en la posición de aterrizaje cuando el avión se hundió en el Océano Índico.

Este fue un hallazgo significativo que ayudó a los investigadores a concluir con mayor certeza que el vuelo probablemente hizo un descenso rápido e incontrolado hacia el Océano Índico.

Teorías

Hace unas semanas se cumplieron cuatro años de la desaparición, y el motivo por el que el vuelo MH370 de Malaysia Airlines dejó su ruta de vuelo planificada y se dirigió hacia el Océano Índico sigue siendo uno de los misterios más desconcertantes de la aviación.

Mientras el gobierno de Malasia prepara un informe sobre las posibles causas de la desaparición que dará a conocer cuando termine la última búsqueda, realizada por el barco Seabed Constructor en junio, han surgido todo tipo de teorías, algunas más probables que otras, sobre lo ocurrido aquel 8 de marzo.

Un accidente

La teoría más “popular” durante estos años. Inmediatamente después de la desaparición, muchos especularon que se produjo un incendio eléctrico a bordo. De ser así, explicaría la primera vuelta hacia Malasia cuando el capitán Shah estaba buscando una pista de aterrizaje de emergencia. De ser así también, es posible que el fuego lo incapacitara a él y a la tripulación de cabina, dejando que el avión volase hacia el sur en piloto automático.

Sin embargo, muchos pilotos arrojan dudas sobre la teoría del fuego. ¿La razón? Es poco probable que el MH370 pudiera haber continuado durante seis horas con el piloto automático después de un gran incendio. Los funcionarios creen que el capitán estaba inconsciente, pero no han ofrecido ninguna teoría sobre por qué o cuándo ocurrió esto.

Posiblemente, una cuestión clave radica en el hecho de que el MH370 giró dos veces: una vez hacia Malasia y luego hacia el Océano Índico. Si el capitán estuviera inconsciente al final, él u otro piloto habría tenido que haber hecho el segundo giro antes de perder el control y establecer un rumbo de piloto automático hacia el sur.

Una hipoxia masiva

Esta es la teoría oficial, adoptada tanto por el gobierno de Malasia como por la Oficina de Seguridad del Transporte de Australia, donde los pasajeros y la tripulación del MH370 quedaron incapacitados por un algún tipo de evento desconocido con “un tipo de hipoxia”. Por cierto, la hipoxia es una deficiencia de oxígeno.

Lo que se sabe, como contábamos al comienzo, es que el MH370 desapareció en el camino de Kuala Lumpur a Beijing. Dos horas después del despegue, el radar militar demostró que había abandonado abruptamente su ruta planificada, dio media vuelta y voló de regreso a Malasia.

Luego el avión abandonó las pantallas de radar y continuó volando durante otras seis horas, contactando abruptamente con el satélite hasta siete veces. El último de ellos cuando el avión se quedó sin combustible, probablemente en el océano Índico al sur, cerca de Australia. Un octavo intento, realizado una hora más tarde, no recibió respuesta, lo que significa que el avión se había estrellado.

La versión de la hipoxia se explica porque el capitán y la tripulación habían estado inconscientes durante horas. Como el MH370 se quedó sin combustible, voló en piloto automático y finalmente se estrelló en el mar. Por cierto, también hay teorías de hipoxia que incluyen un secuestro deliberado, una lucha sobre los controles (que podrían causar hipoxia al volar abruptamente hacia arriba) u otro tipo de accidente mecánico.

Un secuestro

En este caso del piloto. Esta teoría aboga porque el capitán Shah secuestró su propio avión. Esto explicaría por qué no se ha encontrado el avión, ya que podría haber maniobrado en un largo y lento vuelo, viajando casi 200 kilómetros más al sur. Esto también habría mantenido el avión más intacto, con menos restos.

De ser así, el capitán es posible que hubiera despresurizado el avión para incapacitar a los pasajeros y tripulación, antes de pilotar el avión solo durante las siguientes seis horas hasta que se agotó el combustible.

Hay más teorías, como la posibilidad de que el avión no está cerca de Australia, sino al norte de Malasia, pero la mayoría de ellas con menos fundamentos y pocos visos de que puedan sostenerse con el tiempo.

Han pasado cuatro años desde que comenzara el mayor misterio de la aviación en décadas. Mientras, varios cientos de personas se despiertan cada mañana con una realidad: la esposa, marido, hijos, hermanos o primos no han vuelto a casa, y nadie sabe dónde se encuentran.

Es posible que hoy, pasados esos cuatro años desde el desconcertante evento, la verdadera barrera para descubrir lo que sucedió realmente con el MH370 no sea la falta de evidencias o incluso la búsqueda de la mejor de las conjeturas sobre el paradero del avión. El principal problema al que se enfrentan después de tanto tiempo es la propia apatía humana, cuando un evento de estas características deja de ser actual en el imaginario popular para pasar a convertirse en una insólita leyenda.

Fuente: gizmodo.com