Parálisis del sueño o ‘subida del muerto’

La parálisis del sueño es un tipo de parasomnia que se caracteriza por la imposibilidad de realizar movimientos o hablar a pesar de estar despierto y consciente, lo que suele generar angustia y miedo a los afectados. La parálisis se puede producir o bien cuando la persona está a punto de quedarse dormida, o bien al despertar, y generalmente su duración varía desde solo unos segundos hasta varios minutos. Además, estos episodios se pueden acompañar de alucinaciones muy vívidas que llegan a aterrorizar al que las experimenta.

Tanto es así, que la parálisis del sueño también se conoce como subida del muerto (México y otros países de América Latina), síndrome de la bruja nocturna (Europa), la Pisadeira (Brasil), Djinn en algunos países islámicos, e incluso Dolores Redondo, en sus famosas novelas de misterio de la Trilogía del Baztán, hace referencia a Inguma, un demonio que inmoviliza a los que duermen, arrebatándoles el aliento y la energía vital durante el sueño.

Y es que en todos las leyendas mencionadas, y otras similares que se repiten con este tema por todo el mundo, se habla de seres que se apoyan o sientan sobre el durmiente, oprimiéndole el pecho, impidiendo que se mueva, y hasta causándole dificultades para respirar. Son historias transmitidas de generación en generación, que tratan de dar una explicación sobrenatural a la parálisis del sueño que se acompaña de visiones, denominadas alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas, y que en ocasiones son espeluznantes.

Por qué se produce la parálisis del sueño

Mitos y leyendas a parte, la parálisis del sueño está estrechamente vinculada al proceso fisiológico que se produce durante la fase REM de sueño. En esta etapa es en la que soñamos, y precisamente para evitar que nos dañemos al intentar llevar a la práctica aquello que estamos experimentando en sueños, se activa un mecanismo conocido como atonía muscular, que impide los movimientos musculares (a excepción del diafragma y los músculos de los ojos). Sin embargo, si la persona se despierta mientras su cerebro permanece en estado REM, la parálisis corporal se mantiene, e incluso el individuo puede tener alucinaciones, que cree estar viendo con sus propios ojos, a pesar de que solo están en su mente.

Como explica la Dra. Milagros Merino, coordinadora de la Unidad de trastornos neurológicos del sueño del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, la parálisis del sueño no tiene nada que ver con fenómenos paranormales ni viajes astrales, y es frecuente que la sufran personas que no duermen lo suficiente y, especialmente, aquellos con una mala calidad de descanso, o que atraviesan una etapa de su vida en la que no duermen bien. Por ejemplo, estudiantes en época de exámenes, una novia que está preparando su boda, personas que trabajan a turnos o hacen guardias nocturnas, como es el caso del personal sanitario… Esta experta añade que también se trata de un problema habitual en pacientes con narcolepsia, pero que no supone un peligro para la salud, ni tiene un tratamiento específico, salvo controlar el factor que pueda estar provocándolo.

Una de las explicaciones que se le atribuyen a las visiones o alucinaciones es que pueden ser consecuencia de una respuesta evolutiva frente al peligro, que incitaría al cuerpo paralizado a moverse ante la presencia de elementos o presencias amenazantes. Incluso la dificultad para respirar que experimentan algunas personas, y que puede ser interpretada por el cerebro como la acción de un ente maligno que oprime el pecho, desencadena el pánico que impulsa al individuo a reaccionar y terminar con la parálisis.

Consejos para prevenir la parálisis del sueño

Cuando se trata de episodios aislados de parálisis del sueño, y una vez que el individuo entiende que lo que le sucede no es algo paranormal ni peligroso, no se le suele dar mayor importancia, pero para evitar las molestias que puede ocasionar es posible adoptar una serie de medidas que, además de prevenir esta parasomnia, te ayudarán a dormir mejor:

Dormir suficientes horas, sin interrupciones, es una de las principales medidas que contribuirá a prevenir la parálisis del sueño. Es necesario establecer un horario regular de descanso, y otras medidas que ayuden a conciliar y mantener el sueño. Si se sufre insomnio, u otros trastornos del sueño, se debe consultar con un especialista, y no automedicarse.

Controlar el estrés. Estar sometido a elevados niveles de estrés de forma prolongada puede provocar este trastorno, o agravarlo.

No consumir productos que contengan sustancias excitantes, como la cafeína, desde horas antes de acostarse.

Practicar ejercicio de forma regular, pero hacerlo al menos tres horas antes de ir a dormir.

Tratar de detectar cuáles pueden ser los factores que propician la parálisis en tu caso concreto, y evitarlos. Por ejemplo, este fenómeno es más fácil que se produzca si duermes boca arriba, por lo que si esa es tu costumbre, deberías intentar dormir de lado, o boca abajo.

Recabar toda la información posible sobre las características del episodio (si ocurre antes de quedarte dormido, o nada más despertar, cuánto tiempo dura, en qué postura dormías, qué circunstancias similares concurren…), para poder explicárselo al médico si finalmente decides consultar con un especialista.

Tratamiento de la narcolepsia. La parálisis del sueño puede ser uno de los síntomas de esta enfermedad, por lo que su correcto tratamiento es clave para reducir o evitar estos episodios.

Fuente: webconsultas.com