Ensayan en uno de los sitios “más extraterrestres” de la Tierra tecnología para operar en otros mundos

El Monte Erebus está en los confines de nuestro mundo y sirve como simulador natural de otros. Es el volcán activo de la Tierra situado más al sur. Se alza hasta una altitud de 3.794 metros por encima de la superficie de la isla de Ross, en la Antártida. Las temperaturas al aire libre en la región se hallan muy por debajo de las de congelación durante la mayor parte del año, pero el Erebus es también uno de los pocos volcanes en el mundo que disponen de un lago de lava al descubierto. Se puede mirar desde el borde de su cráter principal y verlo directamente.

También es un buen sucedáneo o análogo de un mundo extraterrestre helado, el tipo al que la NASA planea enviar robots. Esa es la razón por la que Aaron Curtis, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la agencia, en Pasadena, California, Estados Unidos, pasó recientemente varias semanas explorando cavernas de hielo bajo el volcán. Para ello probó robots, un taladro especial y una tecnología para cartografiar asistida por ordenador. Todo ello podría algún día ayudar a hacer descubrimientos notables en alguno de los mundos helados más alejados del Sol que la Tierra, como por ejemplo Europa, luna de Júpiter provista de un océano subterráneo bajo una gruesa corteza de hielo.

Europa es ciertamente más extraterrestres que la zona del Monte Erebus. Las temperaturas de esta luna de Júpiter son mucho más frías que las de la Antártida, con toda seguridad su hielo es diferente del de la Tierra, y su superficie está bañada por la radiación de Júpiter. Pero existen algunas similitudes que convierten al Monte Erebus y su entorno en un buen lugar para el ensayo de tecnologías futuras destinadas a operar en la luna Europa.

Uno de los dispositivos probados en el Monte Erebus por Curtis ha sido el ISEE (por las siglas en inglés de Ice Screw End Effector), un tipo de taladro para hielo diseñado como “zapato” para el “pie” de un robot capaz de escalar paredes y llamado LEMUR. La broca le permitiría a LEMUR escalar por superficies verticales de hielo, obteniendo al mismo tiempo muestras de hielo con cada paso dado. Diseños futuros podrían ser capaces de comprobar in situ la existencia o ausencia, dentro de esas muestras, de señales químicas indicadoras de vida.

 Otra prueba destacable fue la del PUFFER, un robot inspirado en la técnica de la papiroflexia (u origami) que puede permanecer plano como una lámina mientras está almacenado, e “inflarse” cuando le llega la ocasión de ponerse en marcha y explorar su entorno. El PUFFER ya se ha movido mucho por el JPL, en el Arroyo Seco de Pasadena y en otros entornos desérticos, pero no lo había hecho nunca sobre nieve. Curtis ha probado el robot, usando este unas ruedas para nieve recién diseñadas, que poseen una superficie amplia y plana.

Fuente: noticiasdelaciencia.com