Cómo Einstein expulsó del cielo al “planeta Vulcano”

La búsqueda llegó a su fin cuando Einstein expulsó del cielo al “planeta Vulcano”, dando por concluidos los esfuerzos de diversos astrónomos por demostrar su existencia. Para entonces ya habían pasado varias décadas durante las cuales renombrados estudiosos del cielo y sus misterios habían rastreado e incluso anunciado a este esquivo planeta.

¿Cómo fue que Einstein expulsó del cielo a Vulcano, y de paso canceló su existencia, cerrando una larga e intensa búsqueda de la astronomía? La respuesta tiene que ver con la teoría de la relatividad y la refutación de las leyes de la física newtoniana a principios del siglo XX.

Vulcano

El matemático y astrónomo Urbain Le Verrier propuso en 1843 que Vulcano era un pequeño planeta intramercurial, en seguimiento a una idea del director del observatorio de París, François Arago. Vulcano ya formaba parte del diagrama escolar del Sistema Solar publicado en Estados Unidos en 1846.

Le Verrier había descubierto el planeta Urano el mismo año e interpretó que la anomalía en la órbita de Mercurio estaba ocasionada por el planeta Vulcano, cuya existencia estimó matemáticamente en 1843 y anunció en la Academia de Ciencias de París en 1860.

El renombre de Le Verrier -por sus descubrimientos de Urano, las órbitas de los 8 planetas del Sistema Solar y como director del Observatorio de París- podría haber alentado la búsqueda de Vulcano con una serie de observaciones astronómicas y reportes de su avistamiento.

A la caza de Vulcano

En su búsqueda se embarcaron otros importantes astrónomos profesionales y aficionados, como Johann Galle del Observatorio de Berlín quien en 1846 le informó que lo había observado a 1o de la posición estimada y el aficionado Edmond Lescarbault que le aseguró haberlo observado en 1859 y fue galardonado con la Legión de Honor.

Entre 1826 y 1843 Heinrich Schwabe, astrónomo aficionado, lo había buscado en la cercanía del Sol sin éxito alguno concluyendo que Vulcano no existía. Su proximidad con la estrella haría difícil avistarlo pero durante los eclipses solares esta dificultad disminuiría, estimaban quienes pensaban que si existía.

Aunque no logró dejarse ver durante las observaciones del eclipse total de 1860 en España, y astrónomos como Liais en 1859 o Christian Heinrich Friedrich Peters dudaron de su existencia, su búsqueda durante el eclipse de 1878 dirigida en Estados Unidos por el astrónomo James Craig Watson reportó 2 planetas intermercuriales apoyado en modernos instrumentos de observación.

El controversial hallazgo de Watson fue refutado por el astrónomo Edward S. Holden al identificar a los supuestos planetas vulcanos como las estrellas Theta Cancri y Zeta Cancri. La búsqueda de Vulcano durante el eclipse solar total de 1883 por Holden tampoco fue positiva.

Einstein expulsa del cielo a Vulcano

Como consecuencia de la presentación de Albert Einstein de la Teoría de la Relatividad General ante la Academia Prusiana de las Ciencias en 1915, se descartó la existencia del planeta Vulcano que, de acuerdo con Joseph Le Verrier y desde la mecánica clásica, estaría en las proximidades de Mercurio explicando la perturbación anómala de su órbita.

La Teoría de Einstein permitió explicar el origen del corrimiento perihélico de Mercurio: las variaciones en la órbita eran subproducto de la fuerza gravitacional del Sol. Sus ecuaciones predijeron la órbita de Mercurio y las del resto de los planetas con una precisión sin precedentes.

“Einstein no sólo dijo, mis cálculos son mejores. Dijo: ‘Tienen que cambiar fundamentalmente la idea que tienen de las características de la realidad“, explicó a National Geographic Thomas Levenson del MIT (BBC).

“Desmentir la existencia de Vulcano fue central para Einstein porque mostró que esta extraña y radicalmente nueva idea suya de que el espacio-tiempo fluye era en realidad la manera correcta de ver el Universo”, comentó Levenson, autor de “The Hunt for Vulcan”.

Mercurio no estaba siendo arrastrado por algún otro objeto, simplemente se movía a través del espacio-tiempo distorsionado. Así, “Vulcano fue expulsado del cielo astronómico para siempre”, escribió Isaac Asimov en “El planeta que no fue” de 1975.

En la Teoría General de la Relatividad Einsten expuso la ecuación que reemplazaría la ley de gravedad de Newton, donde la gravedad ya no sería la fuerza o acción a distancia sino la consecuencia de la curvatura del espacio-tiempo, sentando las bases para la cosmología y la posterior comprensión del Universo.

Con la explicación de Einstein de la aparente anomalía en la órbita de Mercurio, la mayoría de los astrónomos abandonaron la búsqueda de Vulcano. Pero otros siguieron convencidos de que no todas las supuestas observaciones de Vulcano eran infundadas.

Entre ellos Henry C Courten, de Dowling College, Nueva York y su equipo, al estudiar placas fotográficas del eclipse del Sol de 1970 detectaron varios objetos que parecían estar en órbitas cercanas al Sol.

Otras observaciones del eclipse le llevaron a proponer el cinturón de asteroides entre Mercurio y el Sol que ha sido explicado como cometas o pequeños asteroides vulcanoides en la ubicación del planeta que no existió.

Sin embargo, para algunos astrólogos Vulcano existe e influye en la salud y autoregeneración de los seres humanos, mientras que para otros también es real en Star Trek.

Fuente:lagranepoca.com