Cuando el sexo puede salvarte la vida

Seguro que más de una vez se ha preguntado si su vida no sería más fácil si pudiera prescindir del sexo y reproducirse sin necesidad de dar con la pareja adecuada. En el campo de la biología, al menos, los investigadores se han preguntado durante años algo similar. ¿Por qué la mayoría de los seres vivos se reproducen a través del sexo, y no simplemente dividiéndose como las bacterias, por ejemplo? Una respuesta tradicional siempre ha sido que la reproducción sexual tiene una gran ventaja: al mezclar genes de padres y madres, y al cometer una cierta cantidad de errores en el camino, se genera variabilidad genética, y eso aumenta la probabilidad de sobrevivir a lo largo de la evolución.

Ahora, tal como han publicado investigadores de la Universidad de Stirling (Reino Unido), en un artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B, el sexo podría tener una función más: facilitar que las generaciones futuras resistan las infecciones.

“Una de las preguntas más antiguas en biología evolutiva es por qué existe el sexo cuando cuesta tanta energía y tiempo?”, se ha preguntado Stuart Auld, primer autor del estudio e investigador en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Stirling.

El investigador ha recordado que el sexo está detrás de muchas “cargas” que tienen que soportar todo tipo de criaturas. Desde la cola del pavo real, todo un incordio que dificulta su supervivencia, pasando por las astas de los ciervos o la complicada danza “erótica” de las aves del paraíso.

Stuart Auld también ha sugerido que si hubiera hembras capaces de prescindir de los machos y tener crías clónicas que llevaran sus genes, la descendencia de estas debería dominar en poco tiempo. Por ejemplo, mientras que las hembras que recurren al sexo están entretenidas en ver el baile de los machos, las hembras que prefieren clones pueden dedicarse a poner polluelos.

Para averiguar por qué ocurre esto, los investigadores hicieron experimentos con un animal que puede reproducirse de forma sexual y también de forma asexual: la pulga de agua (Daphnia magna). En ocasiones este organismo sufre el ataque de una bacteria, Pasteuria ramosa, que es capaz de esterilizarlas.

Gracias a sus pruebas, los investigadores descubrieron que las bacterias se adaptan para infectar a las pulgas que se reproducen asexualmente, pero que no pueden hacerlo tan bien con las que optan por el sexo. En concreto, constataron que las nuevas generaciones de estos animales son dos veces más resistentes a las infecciones cuando proceden de la reproducción sexual.

Reproducirse sin sexo

“Al comparar las crías clónicas con las que han nacido de la reproducción sexual, descubrimos que las segundas enfermaban menos”, ha dicho en un comunicado Auld. “La necesidad siempre presente de evitar las enfermedades puede explicar por qué el sexo perdura en el mundo natural a pesar de los costes”.

Según han propuesto estos científicos, este fenómeno es una demostración de que el sexo es favorecido por la selección natural, puesto que porporcionan unos beneficios inmediatos y grandes. En este caso, la bacteria parásita sería la encargada de ejercer presión evolutiva, pero en otros animales habría agentes distintos ejerciendo su presión.

Aún así, hay animales y plantas que pueden reproducirse sin sexo, (a través de la llamada partenogénesis) como los dragones de komodo, las estrellas de mar o los plátanos. Pero cuando la situación se complica, el sexo es la mejor vía de escape.

Fuente: abc.es