Científicos logran descubrir a qué velocidad ocurre la muerte celular

Como un incendio fuera de control propagándose por un campo seco, la muerte llega para las células en una onda implacable. En un nuevo estudio, se ha descubierto que la muerte se mueve por el interior de una célula como una onda desencadenante (conocida por su nombre en inglés, trigger wave), propagando la señal bioquímica para morir a través de grandes distancias. Y esta muerte viaja veloz: a 30 micrómetros por minuto, según se ha descubierto.

La apoptosis es una forma de muerte celular que no genera preocupación, al ser fundamental para el crecimiento de nuevas células y el mantenimiento de los tejidos. Cuando una célula decide que su hora ha llegado, se envía una señal de autodestrucción que provoca la activación de las caspasas, que parten en dos a la célula desde dentro hacia fuera.

Sin embargo, aún no se entiende del todo cómo se propaga este proceso por toda la célula, especialmente en el caso de células muy grandes, como los huevos de rana, en los que la difusión es demasiado lenta para distancias más grandes. Algunas investigaciones previas habían indicado la posibilidad de que la apoptosis se difunda a través del citoplasma como ondas desencadenantes autoregenerativas, capaces de cubrir grandes distancias sin perder velocidad o fuerza.

Xianrui Chang y James Ferrell propagaron la apoptosis en material celular extraído de huevos de rana Xenopus laevis en pequeñas probetas y usaron sondas fluorescentes para visualizar la señal apoptótica a medida que viajaba a través del citoplasma. Chang y Ferrell hallaron pruebas de una apoptosis mediante ondas desencadenantes que viajó distancias mayores a 1 mm y a una velocidad constante de casi 30 μm/min.

Se observaron velocidades similares de muerte celular en óvulos in vivo, un ritmo demasiado rápido como para poder ser explicado con una simple propagación por difusión. Los descubrimientos establecen sitúan a las ondas desencadenantes como un importante método de señalización bioquímica y sugieren que probablemente haya ondas similares en muchos tipos diferentes de células y en otros casos de comunicación intra e intercelular.

Fuente: noticiasdelaciencia.com