Científicos descubren nuevos detalles de la estructura de los copos de nieve

Imágenes de alta definición captadas en altitud en la Antártida y los Alpes helvéticos han servido para descubrir nuevos detalles sobre la estructura de los copos de nieve, que describen un grupo de científicos suizos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).

En comparación con el amplio conocimiento sobre la precipitación en forma de lluvia, las nevadas continúan siendo, en cierta manera, un misterio para la comunidad científica que, por ejemplo, no saben con certeza cuánta agua contiene la nieve.

“Muchos factores –como la forma, la geometría y las propiedades magnéticas de cada copo– afectan a la forma cómo los cristales de nieve reflejan las señales que captan los radares meteorológicos”, explicó en un comunicado uno de los autores del estudio, Alexis Berne.

Para “entender qué es exactamente lo que cae del cielo cuando nieva”, los investigadores situaron tres cámaras sincronizadas que capturaron instantáneas de copos de nieve a gran resolución durante un invierno en los alrededores de la localidad de Davos (este de Suiza) y durante un verano austral en un lugar costero de la Antártida.

Con los datos recabados, los científicos clasificaron en seis tipos los copos de nieve: cristales planares, cristales columnares, granizo o graupel, agregados, combinaciones entre planares y columnares, y pequeñas partículas.

En los Alpes suizos la mayoría de los copos fueron agregados (49%), pequeñas partículas y granos de hielo, mientras que en la Antártica las pequeñas partículas fueron el grupo más presente (54%), seguidas por agregados y granos de hielo.

Estas diferencias se explican porque en el Polo Sur los vientos son “mucho más secos” y erosionan de forma continua las capas de nieve, algo que contribuye a la formación de las pequeñas partículas.

Por otro lado, los científicos descubrieron que la dendrita de hielo, una estructura con ramificaciones repetitivas características que normalmente es considerada como el “copo de nieve ideal”, es altamente escasa tanto en Suiza (10%) como en la Antártida (5%).

Asimismo, los investigadores usaron las imágenes para determinar el grado de congelación de la nieve, el proceso mediante el cual las gotas de agua de las nubes se convierten en precipitación en forma de hielo, o sea, de nieve.

“Cada copo cambia de forma a medida que cae por la atmósfera, en especial, cuando atraviesa las nubes. Algunos se congelan más rápidamente y se convierten en cristales de nieve mientras que otros mantienen una condición prístina”, precisó Berne.

Estos hallazgos servirán para mejorar las previsiones de nevadas en altas altitudes y explorar las posibilidades para su uso en campos como la energía hidroeléctrica o la irrigación.

Fuente: EFE