Charles Darwin tenía razón en una hipótesis ecológica, pero con matices

Una hipótesis largamente sostenida sobre los factores que gobiernan las gamas de especies es en gran parte cierta, pero puede ser el resultado de un mecanismo ecológico previamente subestimado.

La predicción, enunciada en primer lugar por Charles Darwin en 1859, sostiene que los factores climáticos limitarán la expansión de especies en ambientes más estresantes (como regiones frías o secas), pero que las interacciones con otras especies, como la competencia y la polinización, limitarán un rango de especies en ambientes menos estresantes, donde el clima es más templado.

El nuevo estudio de Universidad de Colorado en Boulder, publicado en figshare y aprobado para PNAS, encuentra que si bien el esquema general de la hipótesis de Darwin es cierta -los efectos de las interacciones de las especies en una población vegetal específica aumentaron junto con la disminución del estrés ambiental- hay un matiz para el modelo común.

“Darwin y otros han dicho que lo que impulsa este patrón son los gradientes de densidad o diversidad de especies que interactúan, pero en cambio parecen ser efectos del estrés sobre el crecimiento, supervivencia, reproducción y germinación de las especies de plantas”, dijo Allison Louthan, quien dirigió la investigación al completar su disertación de doctorado en el Programa de Estudios Ambientales de CU Boulder.

En tres localizaciones en el centro de Kenia con diverso grado de aridez, los investigadores estudiaron la dinámica de la población de Hibiscus meyeri, una planta con flores común, durante un período de cuatro años. La ubicuidad de esta especie en particular, dijo Louthan, la convierte en un sistema modelo útil para estudiar las diferencias en la dinámica de la población a lo largo de un gradiente ecológico.

Como era de esperar, la polinización, la herbivoría y la competencia con otras hierbas y arbustos jugaron un papel importante en el establecimiento de los límites del rango de la planta en los sitios más húmedos. Esas mismas interacciones, sin embargo, no parecían tener un papel sólido en la expansión de H. meyeri a sitios más secos.

“Esta investigación proporciona una guía sobre dónde y cuándo las interacciones entre las especies son importantes y dónde son menos importantes”, dijo Louthan, ahora investigador postdoctoral en la Universidad de Duke. “Comprender las diferentes fuerzas que establecen límites para el rango de una especie y permiten a las poblaciones expandirse o contraerse, es crucial para comprender las dinámicas tanto ecológicas como evolutivas”.

A partir de ahora, los investigadores planean expandir su método experimental a otros sistemas, a fin de continuar estudiando cómo una especie reacciona a varios factores en un área geográfica amplia.

“Incluso antes del cambio climático, una pregunta importante era por qué las especies tienen los límites de rango que tienen, y la importancia del clima versus las interacciones con otras especies para establecer estos límites”, dijo Dan Doak, profesor del Programa de Estudios Ambientales de CU Boulder y coautor en el estudio.

“Ahora, con el cambio climático en curso, estas preguntas son mucho más apremiantes. Este trabajo muestra que las fuerzas múltiples importan en la configuración de una especie y también que los mecanismos que impulsan estos efectos no son lo que los biólogos han asumido habitualmente”, agregó.

Fuente: Europa Press