Así actúa el cerebro de un corrupto al cometer una estafa o aceptar un soborno

La ciencia ha intentado durante mucho tiempo hallar un mecanismo neuronal que explique por qué ciertas personas se desvían de determinadas normas sociales de comportamiento. A raíz de una sorprendente investigación publicada por la prestigiosa revista científica ‘Frontiers in Behavioural Neuroscience’, el camino para rastrear determinadas variables que se ‘activan’ en la mente de personas para cometer actos de corrupción ha quedado más allanado.

Frontiers in Behavioral Neuroscience llevó adelante un primer experimento en 2014, que medía las alteraciones de la conducta de la piel en un humano (una medida de variación emocional general), al ofrecer un soborno, recibirlo o esperar para ver si se había descubierto el hecho de corrupción en el que se estaba implicado.

Para ello se simuló una subasta y se les daba a las personas la posibilidad de sobornar al subastador para obtener beneficios. Las primeras veces, podían sobornar libremente pero, luego, el perdedor podía exigir inspeccionar la operación.

Entre los resultados se encontró que tanto subastadores como sobornadores eran menos corruptos cuando sabían que podían ser observados. Además, la actividad electrodérmica aumentó cuando la persona decidió actuar de forma positiva, honesta y prosocial. La mirada del otro (o la posible mirada del otro) es la que sanciona el oportunismo. Por el contrario, cierta percepción de impunidad o probabilidades altas de que no sea descubierto, disminuyeron esa descarga electrodérmica.

A partir de allí, los científicos siguieron evaluando las conductas y los laberintos de la mente en lo que comenzó a denominarse el comportamiento de un cerebro corrupto. De manera periódica, esta revista científica publica artículos al respecto.

En uno de los últimos sobre el tema, los científicos concluyen que la explicación a esas ‘conductas corruptas’ podría estar ‘alojada’ en la parte del lado izquierdo del cerebro, lo que ha provocado un debate sobre si las medicinas o la terapia podrían combatir la tendencia a la corrupción.

Los neurocientíficos se han situado para el análisis en una pequeña región del cerebro, llamada circunvolución frontal inferior izquierda. Dirigidos por el profesor Li Shu, los expertos en el área del Institute of Psychology at the Chinese Academy of Science encontraron que en el cerebro se activa un “papel fundamental” en esa zona cuando “la gente prefiere perseguir la riqueza a expensas del bien moral”,

Los investigadores perfeccionaron esta vez un juego de 28 voluntarios. A cada uno se le fue ofreciendo cantidades de dinero de ocho yuanes (un euro), que iban aumentando hasta los 3.000 (unos 402 euros). Con cada oferta, se les preguntó a cada persona si les gustaría dividir el dinero con los demás, en cuyo caso se obtendría un porcentaje, o si se negarían a la totalidad del importe, en cuyo caso nadie se llevase nada. “Es similar a la situación de una oferta de un soborno y aceptarlo”, dijo Li Shu, quien está convencido de que el cerebro de un corrupto actúa con estímulos concretos y adquiere patrones determinados.

Los voluntarios fueron colocados dentro de una máquina de resonancia magnética y su actividad cerebral fue absolutamente monitoreada.

A ellos se les preguntó en todo momento acerca de suspender el monitoreo. También para que respondan (presionando un botón de ‘sí’ o ‘no’). Los investigadores descubrieron que una oferta en efectivo, independientemente de la cantidad, estimularía la “buena sensación” en áreas del cerebro: la corteza prefrontal lateral y las cortezas insulares bilaterales, que están en la parte frontal y los lados del cerebro, respectivamente.

Cuando los voluntarios decidieron aceptar un porcentaje del dinero, la circunvolución frontal inferior izquierda se activó con mayor intensidad que en otras regiones. Cuanto mayor sea la cantidad de dinero, la mayor actividad se advierte con nitidez en la circunvolución.

No todos los participantes respondieron de la misma manera. Las personas con circunvolución más activos tenían una tendencia más fuerte a sacrificar la conducta moral por dinero (en otras palabras, eran más fácilmente ‘sobornados’).

Según los últimos artículos de Frontiers in Behavioral Neuroscience, la actividad corruptaobedece a un comportamiento humano que puede tener raíces también en cuestiones biológicas, psicológicas, culturales y sociales, las cuales interactúan para influir y no son necesariamente disyuntivas.

Otro científico apasionado por el tema, el doctor Ge Jianqiao, neurólogo de la Academia de Altos Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Pekín, considera que el estudio de las funciones cerebrales de los funcionarios corruptos podrían descubrir una conexión física con el comportamiento. Si esto se comprueba, que es el próximo paso que quiere develar la ciencia, los científicos podrían buscar formas alternativas para modificar el comportamiento, incluyendo la medicación o psicoterapia, dijo.

En esta línea, la corrupción también podría estar influenciada por varios factores sociales y biológicos, como el estado financiero y de salud de una persona, según el científico asiático.

La revista también plantea la posibilidad de analizar más a fondo los cerebros de personas condenadas por hechos corrupción. ¿Podría implementarse el escaneo de los cerebros de los personas condenadas por sobornos? Esto enfrenta numerosos desafíos técnicos, según concluyen la mayoría de los eruditos consultados.

Para hacer una comparación, los investigadores primero tendrían que establecer un modelo de un “cerebro normal”, con todas las dificultades que ello acarrea. De todas formas, a pesar de las dificultades, la ciencia promete seguir investigando sobre uno de los grandes temas que apasionan a los investigadores. Por desgracia, la corrupción es un tema de enorme actualidad, y más en España.

Fuente: lainformacion.com