Viable la creación de un parque científico y tecnológico en la CDMX

Todavía en uso, el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AIBJ) de la Ciudad de México constituye un predio de 770 hectáreas y 271 metros cuadrados, aproximadamente, de construcciones entre las terminales 1 y 2.

El nuevo aeropuerto de la ciudad iniciará operaciones en 2020, y el AIBJ pasará a ser un elefante blanco sin utilidad pese a su ubicación estratégica. Sin embargo, este puede ser el momento de considerar su aprovechamiento e iniciar una planificación minuciosa que genere enormes beneficios a la capital del país.

¿Por qué no construir en ese espacio el Parque de Investigación e Innovación que la Ciudad de México no tiene? Es el planteamiento que hace Jaime Parada Ávila, miembro de la junta directiva de la Asociación International de Parques de Ciencia y Áreas de Innovación (IASP, por sus siglas en inglés).

“Tanto los parques de investigación e innovación como las zonas o regiones de innovación han comprobado que son impulsores en todos los casos de la transformación económica y social de ciudades a partir de impulsar la economía y sociedad del conocimiento”, sostiene el también director del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT), en Monterrey, Nuevo León.

Asimismo, enfatiza que la experiencia nacional e internacional indica que destinar el AIBJ a este propósito conjuntamente con otros contenidos, como ecológicos, culturales, educativos, comerciales, habitacionales, negocios de alta tecnología y otros servicios, traerá enormes beneficios para crear empleos de alta calidad y actividades de negocios de alto valor agregado para la Ciudad de México y áreas colindantes del Estado de México.

La IASP, creada en 1984, reporta que en el mundo hay 372 parques de investigación e innovación en 70 países, en los cuales están establecidos 128 mil instalaciones de empresas y centros de investigación, mismos que generan empleo de muy alta calidad entre 50 mil a 100 mil dólares por persona al año.

“La zona será un activo estratégico para crear empleos de alta calidad, realizar actividades de alto valor agregado y en unión al desarrollo moderno del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México será una zona integral de más de 12 mil 500 hectáreas”, subraya el doctor Parada Ávila, presidente de la Academia de Ingeniería de México, y quien ha hecho un exhaustivo estudio de la viabilidad del proyecto a desarrollarse en un plan de largo plazo de unos 25 años.

“Ayudaría a posicionar a la Ciudad de México en un sitio de alta atracción de inversión, gran competitividad a partir de impulsar la economía y sociedad del conocimiento para lograr un Producto Interno Bruto per cápita de 35 mil dólares”.

En México, la experiencia en materia de parques de investigación e innovación nace en el 2005, cuando se conceptualiza el PIIT en Nuevo León. En la primera etapa, con 70 hectáreas, se establecieron 10 de universidades, 10 centros públicos de investigación y 15 centros de tecnología de empresas. Se dio empleo a cerca de 3 mil científicos, tecnólogos y personal de apoyo. La inversión fue de 600 millones de dólares, con capital público y privado.

La segunda etapa proyecta un crecimiento del PIIT de 40 hectáreas para alojar a 20 centros adicionales y se espera llegar a una población estimada de 5 mil científicos, tecnólogos y personal de apoyo.

De acuerdo al doctor Parada Ávila, existe el tiempo apropiado para realizar la planeación que incluya estudios de factibilidad y el plan maestro para desarrollar el proyecto en la Ciudad de México.

Refiere a manera de ejemplo que la habilitación de la infraestructura actual del AIBJ y nuevas construcciones tomaría para una primera etapa tres años al menos.

“Es una convocatoria a todas las partes interesadas, tanto el gobierno como las universidades e instituciones de educación superior, los centros públicos de investigación y las empresas. Esta ciudad tiene que apostar fuertemente a emprender los nuevos negocios de la economía del conocimiento y eso va a transformarla, estoy seguro”. (Agencia ID)