Diseñan estudiantes de ingeniería un estimulador magnético de semillas de frijol que incrementa productividad

Estudiantes de ingeniería del Instituto Tecnológico de Durango (ITD) crearon un estimulador magnético de semillas de frijol que incrementa en 20 por ciento la capacidad de germinación. El proyecto obtuvo el segundo lugar en la categoría de Innovación Social, entre cien inscritos, en el Evento Nacional Estudiantil de Innovación Tecnológica (ENEIT), al que convoca el Tecnológico Nacional de México (TecNM).

Integrante del equipo científico estudiantil, Ana Esthela Trujillo Ortiz refiere que la idea de crear el “Bioelectroestimulador” surge del problema que enfrenta el campo mexicano por la falta de germinación y que repercute en baja productividad: De cien semillas que se siembran en tierra, solo 60 llegan a crecer.

“La mala germinación del frijol se debe a que una vez concluida la cosecha, el productor debe espera para la resiembra entre ocho meses y un año, tiempo en que las semillas destinadas para ello se inactivan metabólicamente. El problema es que al sembrase así no absorben nutrientes del suelo y no crecen. Nosotros revertimos esta situación para que obtenga más nutrientes, más agua y germinen mediante estimulación por campos magnéticos”, explica la estudiante de ingeniería bioquímica.

En primera instancia, el grupo creó un prototipo de bioelectroestimulador que consiste en un cilindro de metal que dentro tiene imanes colocados a cierta distancia entre ellos. La semilla se coloca dentro y se hace girar a una velocidad de 15 revoluciones por minuto para generar un campo magnético constante por aproximadamente ocho horas. Después del tratamiento están listas para siembra en campo.

Trujillo Ortiz refiere que hicieron pruebas experimentales con frijol pinto Saltillo en placas Petri, diez tratadas con magnetismo y diez normales. Se hicieron evaluaciones de cómo difiere el crecimiento en ambos casos.

Posteriormente se sembraron en campo en áreas de 20 metros cuadrados. El resultado fue que 80 por ciento de las semillas tratadas lograron germinar, en tanto que de las que no se sometieron a imanes sólo el 60 por ciento pudo crecer.

“Nosotros recomendamos que la siembra se realice en su tiempo, por ejemplo, el frijol entre mayo y junio, y que la semilla haya recibido tratamiento, para aprovechar al máximo las condiciones climatológicas. Si la siembra se hace fuera de temporada no aseguramos el crecimiento”, aclara Ana Trujillo y señala que pueden modificar el tamaño de los imanes para generar un campo magnético diferente y estimular a otro tipo de semillas.

Los estudiantes galardonados reconocen que tienen la idea de construir centros de tratamiento de semillas en las principales cabeceras del estado, para que los campesinos acudan y paguen 10 pesos por kilo de semillas magnetizadas y reciban capacitación para obtener mejores resultados. Cabe destacar que se ocupan alrededor de diez kilos de semilla por hectárea para siembra y que ésta sigue un proceso normal en cuanto a la administración de los insumos tradicionales para estimular y proteger su crecimiento.

“Hemos considerado crear una electro bobina que se pudiera conectar a la cerca de púas para que genere una frecuencia magnética alrededor del sembradío y protegerlo de plagas”, hace hincapié Ana Trujillo.

El equipo del ITD premiado lo complementan la también estudiante de ingeniería bioquímica Dania Araceli Valles Peralta, así como Diego González Cruz y Felipe Avitia Meléndez de ingeniería mecatrónica, y fueron asesorados por el ingeniero Salvador Davis Rodríguez, el doctor José Manuel Pensaben Esquivel y el licenciado Rafael Saavedra Martínez. (Agencia ID)